Un estudio de la Universidad de California asegura que las personas felices son exitosas en muchas áreas de su vida
Publicado por Darinka Rodríguez el Domingo 31-03-2013
Emprender parece atractivo por dónde se le vea: dejar de tener un jefe y empezar a manejarnos por nuestros propios horarios, generar un ingreso propio y decirle adiós a las oficinas, sus horarios y sus reglas. Es todo un cuento de hadas para quienes tienen madera de líderes.
¿Pero qué sucede cuando el impacto de la realidad empresarial, las dificultades de financiamiento, las complicaciones operativas, diferencias con el equipo de trabajo y otros pormenores reducen el entusiasmo del emprendedor?
Si bien no existe ninguna receta mágica para garantizar un tránsito llevadero en el mundo de los emprendedores, un estudio de la Universidad de California asegura que las personas felices son exitosas en muchas áreas de su vida. Un emprendedor feliz es un mejor emprendedor y para logarlo, unos consejos pueden ayudar:
– No paralizarse en aspectos negativos. Los emprendedores suelen ser apasionados de sus empresas y todo lo que esté alrededor, lo que los hace vulnerables a las críticas. Ser rechazado por un programa o una posible inversión puede hacer que el proyecto se pasme y no avance.
–No ser demasiado autocrítico. Cualquier líder de proyecto es un perfeccionista por naturaleza y tiende a autocriticarse, muchas veces con demasiada severidad. Tratar de llegar a la perfección puede hacer que un proyecto no vaya a ningún lado.
–Tener miedo al fracaso. ¿Qué es lo peor que puede pasar con un proyecto? ¿Tener que volver a empezar? Muchos casos de éxito han tenido que pasar por este proceso y además siempre hay que tener en cuenta que el peor de los casos nunca es el peor.
–Recordar por qué empezamos el proyecto. Cuando los problemas apremian, la pasión inicial pareciera esfumarse. Echar un vistazo atrás y recordar las razones que nos llevaron a emprender puede ser un aliciente para seguir adelante.
–Hacer tiempo para uno mismo. Casi siempre, el objetivo de un emprendedor es tener el control de su tiempo, pero pronto se ve envuelto en un sinfín de tareas que lo mantienen en un torbellino de trabajo. Nada como dejarse un tiempo a la semana para disfrutar de las actividades personales y ser, en suma, feliz.
