CUENTO DE DELINCUENTES!

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Por El Bicho Politicón

Hace algún tiempo se asentó en el pueblo (puede ser cualquier pueblo) una banda de delincuentes, quienes se creían dueños de todo, hasta del gobierno y ahí estaban disque haciendo obras y repartiéndose el dinero de los contratos, las “obras” duraban tres días pero el dinero les servía para comprar bienes en varias partes de México y el extranjero.

Así cuando les daba depresión, digamos por no ganar una elección, se iban una temporada a Canadá y a otros lugares donde podían cargar ‘pilas’ y regresar a seguir medrando con el presupuesto.

Estos bandidos sacaban de la cárcel a sobrinos golpeadores y metían a borrachitos de la calle, no había justicia para el pobre, repartían las ayudas que mandaba el gobierno federal para el combate a la pobreza como donaciones de ellos para levantar la popularidad de su candidata a suceder al capo mayor.

Además los bandidos tenían a su cargo a unos policías incompetentes que en sus narices desaparecían hasta cajeros automáticos, los “moches” de varios comercios ilegales como bares y cantinas son cosa de todos los días…

En este cuento, el pueblo un buen día se rebeló contra los bandidos y entonces se les veía llorando y gimiendo su desgracia, incluso interponiendo denuncias en los tribunales, denuncias que no prosperaron, pero no contentos con eso, quieren llegar a tribunales interestelares para que en el mundo de Kriptón les den la razón, razón que tienen perdida en algún lugar de su retorcido cerebro.

Poco importa qué nombre tienen estos ladrones, lo mismo se pueden llamar Omar que Pablo, Eruviel que Bruno, Carlos que Manuel, este pueblo ha decidido terminar con los bandidos y frente a un pueblo decidido los bandoleros tiemblan, se sienten incómodos, andan con la cola entre las patas.

Este pueblo que solo existe en la imaginación del autor puede tener semejanza con cualquier pueblo del mundo, pero eso es pura coincidencia.

Pues eso.

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