Por El Bicho
Politikón
Otra vez Las Choapas, lo sucedido en el ejido Playa Santa del municipio del
surde Veracruz es una muestra clara de lo peligroso que es hacer ‘justicia’ por
encima de la ley.
Y es que recientemente Andrés declaró que ‘entre justicia y ley, opto por la
justicia’ y así lo hicieron los pobladores de Playa Santa… pero vamos por
partes.
Sucede que llegaron unos visitantes a dicho ejido y buscaron un ‘guía’, la
responsabilidad recayó en un jovencito de 13 años, como sucede en estos casos,
‘alguien’ acusó a los turistas de ser secuestradores… la mecha ya se había
encendido, solo era cuestión de tiempo para que la ‘turba’ hiciera ‘justicia’.
De nada valieron los argumentos, incluso de la familia del supuesto secuestrado
de no había ningún delito… la ‘turba’ quería sangre, la sed de justicia no iba
a terminar bien para una familia que cometió el grave delito de visitar una
paradisiaca comunidad y que se convirtió en su infierno particular.
Y es que el México Bronco es de mecha corta donde todo extraño es un potencial
delincuente… la vida social está tan descompuesta que poco importa no tener
ninguna prueba concreta para linchar al otro, al ajeno, al desconocido. Estamos
tan agraviados por la violencia que estos hechos justicieros se están
convirtiendo más en regla que en excepción.
La falta de autoridad, de la aplicación de la ley y finalmente de justicia es
la gasolina de eventos como el de Playa Santa, donde la turba es ciega, sorda y
muda y a un tiempo juzga y aplica la ley.
Yo sigo creyendo en un México donde, efectivamente, nadie esté por encima de la
ley, es por eso que me resulta preocupante que quienes están obligados a
respetar la ley declaren que prefieren la justicia por sobre la ley, con eso,
no hacen más que justificar los casos de linchamiento.
A nadie nos conviene que el púlpito sagrado de las mañaneras se convierta en
escenario de linchamiento mediático, sería mejor que se levanten las denuncias
pertinentes y se castiguen a los culpables de cualquier delito, de lo contrario
habrá más linchamientos reales.
Pues eso.