Don Darío Cruz Gómez, la historia viva de Cuichapa

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Personaje del sábado

Gustavo Martínez Contreras

Parte 2

– Es una vida larga construyendo el aparato productivo de este país, Qué me puede contar de su vida familiar de sus hijos.

Me case y empezamos a tener nuestros hijos, mis hijos son 8 (5 varones y 3 mujercitas), por cierto todos son grandes, todos estudiaron, por ejemplo mi hija María que es la mayor vive en México, ella había estudiado para secretaria taquimecanógrafa, pero se casó y ya no siguió, pero le sirvió porque en México tienen su negocio de fotografía, de ahí siguió Bartolo, él estudió la preparatoria completa en Las Choapas, el ya no quiso seguir, igual que mi hijo Roberto, él había agarrado ingeniería mecánica en la universidad pero se me rajó. Después sigue Lázaro, este muchacho se fue a estudiar a México, allá se fue a estudiar para contador y terminó sus estudios, en ese tiempo había modo de colocarlo a trabajar y hablé con el representante sindical de la sección 16 y lo colocó como subgerente de la tienda de consumo y ahí demoró trabajando y ya después se casó y empezó a tener su familia y ya con el tiempo se hizo del periódico a base de lucha, porque ha luchado por donde quiera, así es que todo lo que tiene porque lo ha sabido trabajar.

Mi hijo Herminio terminó la prepa en Nanchital y de ahí se fue a México y pudo entrar a la Universidad Autónoma Metropolitana y ahí estudió medicina veterinaria y fue hacer su servicio hasta La Piedad, Michoacán, haya lo iba a visitar, ahí terminó su servicio y se fue trabajar a un rancho de un ganadero que también criaba cerdos, el rancho se llama Camucuato y haya lo iba a visitar, Camucuato está cerca de La Barca del estado de Jalisco, de ahí se salió y se fue a trabajar a San Fernando, Tamaulipas cerca de Reynosa, haya estuvo 6 meses, pero ya no le pareció porque había mucha delincuencia, consiguió entrar en una empresa que cría cerdos en Mérida, Yucatán con los Loret de Mola, ahí demoró 12 años y fue donde se casó y ya tiene sus hijos que están grandes, ahí lo liquidaron y se vino para acá y estuvo trabajando en Campi en Chinameca y demoró como 5 años y también se salió y empezó a trabajar por donde había, ahora nuevamente regreso a Mérida.

Después de Herminio sigue Nahúm, él se quedó trabajando en Pemex, fue el que se quedó en la plaza que yo dejé, ya está por jubilarse también, ya tiene más de 30 años, o sea, poquito más del tiempo que llevo yo de jubilado, actualmente es operador de las unidades de contra incendio.

Mi hija Nora estudió en la Universidad Veracruzana como Lic. en Administración de Empresas, trabajó un tiempo en el ayuntamiento y después se casó, ya no siguió trabajando y ahora tiene dos hijos, el mayor, Carlos está estudiando para Ing. Petrolero ya está en el séptimo semestre, la niña está en la primaria en sexto grado.

Diana, la última de mis hijas. Ella es Médico Cirujano, estudió en la Universidad Veracruzana, actualmente trabaja, tiene su consultorio particular y trabaja en una empresa.

– Todos muchachos de bien, fuera de cámara me estaba platicando de su servicio militar. Dígame un poco acerca de su servicio militar.

Cuando fui conscripto yo marché como anticipado, yo soy de 1936, marché en la clase 1935 y pues todos los domingos teníamos que ir a marchar y a correr en el campo deportivo o en el campo de aviación, ya le dábamos vueltas al campo de aviación desde la parte de arriba hasta allá abajo, una vuelta y con eso nos íbamos, más de 1.5 km, así que vuelta redonda eran como 3 kilómetros a puro correr, pero también marchábamos, ahí nos decía el sargento “ya quieren irse, ando un poco malo”, quería decir que andaba un poco crudo, coopérense para una botellita de tequila, y ya entre 3 o 4 comprábamos una botella de tequila y se la dábamos al sargento y ya nos íbamos

– Que más nos puede platicar acerca de la transformación de Villa Cuichapa

La transformación de Cuichapa, cuando el campo era lo que ahora le llaman la colonia Cuichapa Viejo porque ahí vivimos, uno de mis hermanos ahí nació, ya después pasaron todas las gentes por órdenes de los jefes de Pemex a este lugar donde está ahora, pues todos los trabajadores vinieron a vivir acá a un lugar que le llamaron la colonia Obrera que hasta la fecha así se llama, pero ahí era exclusivamente para los trabajadores de Pemex, los que no eran petroleros, se colocaban por donde podían, y así se fue agrandando el pueblo de Cuichapa, que después de ser Campo Petrolero pues ya fue Congregación de Cuichapa y ahora últimamente la elevaron a Villa.

– ¿Qué más nos puede comentar acerca de sus vivencias en Villa Cuichapa?

Le voy a contar una anécdota. Cuando yo tenía 10 años mi papa me mandó a que acompañara yo a un señor, que era el conserje del sindicato para ir a dejar los paquetes de votos al municipio a Moloacán, como todavía no había carretera ni otra comunicación nos íbamos a pie, yo ya conocía el camino de aquí de Cuichapa a Moloacán, camino real que le llamaban y ya me dice mi papá acompaña a este señor, nos alistaron 2 caballos que eran propiedad de Pemex y llevamos los paquetes cuando fue candidato don Miguel Alemán Valdez que fue presidente de 1946 a 1952 ya tenía 10 años de edad y ya era yo un poco mañosón también.

– Hay una anécdota muy importante, muy interesante en su familia acerca del Gral. Lázaro Cárdenas. ¿Qué me puede platicar de eso?

Me contaba mi papá que cuando el Gral Lázaro Cárdenas pasó por esta región con rumbo a Tabasco le hirieron un soldado, que le quebraron un brazo y ese soldado ya no pudo seguir para rumbo a Tabasco, entonces mi abuelita, la mamá de mi papá ella era curandera, era huesera, partera y todo, y quedó el soldado ahí en Moloacán y ahí le entablilló el brazo y demoró para restablecerse, con el tiempo, ya regresaron otra vez las tropas con rumbo a Minatitlán y ya el soldado estaba bueno, entonces el general Cárdenas ya tuvo amistad con mi abuela y le preguntó cuánto le debían por la curación del soldado y la asistencia y le dijo mi abuelita que no le debían ningún centavo, pero en esos tiempos ya se estaba terminando la Revolución y se quedó atrapado por estos rumbos el Gral. Cárdenas y mi papa ya lo conocía, era joven, se quedó entre las montañas porque era del gobierno, entonces mi papa sabía dónde estaba escondido el general y le llevaba el periódico cada 3 días, en ese tiempo era La Opinión, un periódico que editaban en Minatitlán y le llevaba comida, carne seca, totopos, quesos y cosas así que no se descomponían, según mi papá iba pescando a orilla del río camarones, pero no era su fin pescar, era su fin el de irle a dejar el bastimento que le llamaban en un tenate, al pie de un apompo dejaba el bulto y ahí llegaba el general y lo recogía y en esos tiempos me contaba mi papá que ya hubo amnistía que se presentarán todos los jefes militares que ya no los andaban persiguiendo y ya se presentó el general en Minatitlán y de ahí se lo llevaron a México, ya después llegó a ser presidente de México

-Es una anécdota familiar muy interesante. ¿Qué más nos puede decir ahora de su vida de jubilado?

Primero me dedicaba yo a trabajar y hacer algo en la casa y aprendí hacer hamacas, hice más de 100 hamacas para vender y todo eso, criaba yo pavos, gallinas, pollos para vender, últimamente tiene dos años hice una galera haya abajo y ahí criaba yo mis pavos para en diciembre venderlos, eran pavos de arriba de 20 kilos y ya me hacía de mi lanita pero ahora ya no, siento que ya no es igual, ya mis tiempos de juventud ya pasaron, porque dicen en la vida hay 4 edades, la niñez, la adolescencia, la tercera edad y la cuarta edad que es la longevidad, ya después de los 80 años es longevo y yo ya voy a más de 80.

– Si usted pudiera resumir su vida en una frase, ¿qué frase sería?

Ahorita la juventud pues se dedican a comerse el tiempo como es la modernidad, y a veces la modernidad si es conveniente pero yo pienso que fue mejor el tiempo pasado, que eran las cosas naturales y ahorita pues lo anterior fue bueno y la modernidad es un adelanto de todo. Me sabía yo una poesía que me aprendí yo en la escuela cuando estábamos en tercer año y hubo una competencia de quién la declamaba mejor, se llama la poesía El Libro y decía en una de sus terminaciones: “Estudia y no serás cuando crecido, el juguete vulgar de las pasiones, ni el esclavo servil de los tiranos. Estudia y serás como la cera al toque de las manos….

Y con esas palabras nos despedimos de don Darío, sin duda alguna un hombre que sabe mucho sobre la historia y que fue uno de los que puso los cimientos de lo que ahora llamamos Villa Cuichapa. Gracias le damos y le deseamos que dios lo conserve por mucho tiempo entre nosotros.

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