Por El Bicho Politicón
En el más reciente programa de Tercer Grado en Televisa, entrevistaron a Pepe Meade (es un decir), qué manera de ponerse de alfombra de los entrevistadores, a diferencia de la entrevista con López Obrador (a quien interrumpían a cada rato), Meade en esta ocasión llevaba la batuta.
El otro López, es decir, Dóriga, le echó flores cuando le preguntó, “¿por qué no se había manejado con esa enjundia, esa entrega, esa pasión que está demostrando aquí en lo que lleva de campaña?”, a lo que respondió Meade: “estoy aprendiendo”.
Vaya cosa, un aprendiz como candidato, me hizo recordar a su amigo Luis Videgaray cuando lo mandaron a la cancillería, también dijo: “No soy diplomático, vengo a aprender”, así las cosas, cuando se trató el tema de la corrupción, se escabulló, “los departamentos de Andrés”.
Cuando se tocó el tema de la inseguridad, igual, “es que Andrés”… y así se la pasó, Andrés Manuel esto, López Obrador lo otro, como si fuera Andrés quien ha gobernado este país los últimos 30 años, es decir, le dieron la oportunidad de marcar su raya con el gobierno de Peña, no lo hizo… no lo hace porque es romper con él mismo.
Me quedo con lo que escribió Leo Zuckermann (uno de los entrevistadores) en su columna en Excélsior: “Meade critica, con toda la razón, a los políticos que rodean a López Obrador y que también tienen mala fama: René Bejarano, Napoleón Gómez Urrutia y Elba Esther Gordillo. Pero, cuando le preguntamos qué pensaba de Carlos Romero Deschamps, lo tuvo que defender, argumentando que no se le ha comprobado nada a diferencia de los compañeros de viaje de AMLO. Es cierto. Judicialmente nunca nadie le ha comprobado nada al líder de los petroleros. Sin embargo, sí hemos visto cómo vive: Cual príncipe saudita; cómo su hija, por ejemplo, viaja en avión privado acompañada de sus perritos. En este sentido, es una lástima ver cómo Meade tiene que defender lo indefendible”.
Será que está aprendiendo.
Pues eso.
