El cuerpo que volvió a casa de Tetelcingo con la playera puesta

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Autoridades entregaron el cuarto cadáver reconocido de la fosa de Tetelcingo, Morelos; la familia exige investigar las irregularidades

Para la familia Hernández Torres ayer acabó la “más larga y angustiante búsqueda” que hayan vivido. Después de cuatro años de no saber del paradero de Israel, este lunes su cuerpo volvió a casa.

Los restos tenían la ropa de la empresa de construcción donde laboraba cuando fue secuestrado el 24 de julio de 2012. Aún así, la Fiscalía de Morelos tiró su cuerpo a la fosa clandestina de Tetelcingo negando a la familia la posibilidad de tener certeza de qué fue lo que le pasó. Hasta ahora.

“La clave del inicio de las irregularidades de la Fiscalía es la playera, ahí venían los teléfonos de mi familia. ¿Por qué no llamaron? No investigaron, prefirieron ocultarlo”, menciona Edith Hernández, hermana del joven asesinado.

El cuerpo de Israel fue inhumado de manera clandestina por la Fiscalía de Morelos junto con otros 116 cadáveres que fueron apilados en una fosa común sin carpetas de investigación previas, exámenes y demás indagatorias para dar con su identificación. El cuerpo de Oliver Navarrete fue clave para que su familia encontrara esta fosa donde fueron enterrados los cuerpos, que fueron dispuestos violando protocolos internacionales.

Israel Hernández Torres, un joven nativo del poblado de Santa María del municipio de Cuernavaca, fue privado de su libertad por varios hombres mientras estaba en la tienda de materiales de construcción donde trabajaba.

La familia recibió llamadas donde solicitaban un rescate millonario para liberar al joven. Por varias semanas se mantuvo una negociación con sus captores; la Fiscalía Estatal apoyó en el proceso y después de pagar el monto acordado no supieron más.

Al paso de los días la familia Hernández Torre inició “la más larga y angustiante búsqueda”, recuerdan. Primero en hospitales, y luego en barrancas y cerros, “pero no hubo rastro alguno”, recuerda, Edith.

Acudieron en más de una ocasión a los Servicios Médicos Forenses de la Fiscalía central y a la regional oriente, “pero la respuesta fue que no tenían nada”.

Reclamaron una y otra vez avances en las investigaciones y aunque les decían que estaban trabajando “mantenían olvidado el expediente, al principio tenían sólo los datos que nosotros les habíamos dado pero luego hasta perdieron una grabaciones”, detalla Edith.

Cuando la fosa se volvió esperanza

El 22 de mayo de 2016 María Torres Peralta, madre de Israel, platicó , sentada en el comedor de su casa, con las manos apretadas por la angustia de lo que venía: al siguiente día la fosa sería abierta.

El día 23 la Fiscalía exhumó junto con peritos y especialistas de la Universidad de Morelos los más de 100 cadáveres que se inhumaron de manera incorrecta.

“No dejaré de buscarlo… con tanto tiempo que ha pasado lo único que quiero es saber qué ha pasado con mi hijo, lo quiero vivo; por un lado quisiera que mi hijo no estuviera ahí (en las fosas de Tetelcingo)”, contaba en ese momento.

Con la claridad y entereza de una madre, agregó “pero por todo este tiempo que ha pasado mantengo la esperanza de que esté y poder darle cristiana sepultura y terminar con todo este sufrimiento (…) mantenemos la esperanza”.

Junto con Edith, su hija, narró que más de la mitad del proceso de búsqueda de Israel fue solitario y complicado, pero al unirse al movimiento de víctimas con el respaldo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) tomaron fuerza para exigir justicia y presionar a las autoridades para que esa fosa fuera abierta y los cadáveres estudiados.

“La Fiscalía ocultó los cuerpos a propósito”

El pasado 30 de septiembre la familia fue informada que uno de 117 cuerpos exhumadnos de las fosas de Tetelcingo correspondía al de Israel; “nosotros queríamos que nos lo entregaran inmediatamente, pero esto se convirtió en un agonizante y burocrática espera”, refiere Edith.

Israel estaba en la fosa “A” de Cuautla y fue el cuerpo número 41 en salir y de acuerdo a los reportes de la FGE el cuerpo tenía una playera de Materiales Hernández.

Fue hasta el 20 de octubre que una juez decidió, con base en los elementos existentes, que Israel Hernández Torres por fin sea devuelto a su familia.

“Cuando iniciamos el proceso de revisión de las carpetas, como parte de los acuerdos alcanzados con la UAEM, vi la carpeta de investigación que hoy sabemos corresponde a la de mi hermano pero sólo era una hoja y era sólo una osamenta y ya después del 30 de septiembre cuando nos dijeron que era mi hermano esa carpeta mutó a 200 hojas y viene lo de la playera”, agregó.

Para Edith las cosas están muy claras “hay una relación entre el crimen organizado y la Fiscalía. Parece que nos trataron de ocultar el cuerpo de mi hermano para ocultar el secuestro y evitar dar con los responsables”.

La familia Hernández Torres recibió el cuerpo de Israel este lunes en el panteón Jardines del Recuerdo, ubicado en la ciudad de Cuautla, Morelos.

Al mediodía fue llevado a la casa en el poblado de Santa María Ahuacatitlan donde en compañía de sus familiares y amigos se llevarán a cabo sus funerales.

La familia adelantó que después de dar una sepultura digna y amorosa a Israel, enfocarán sus energías para que se haga justicia y se castigue a los responsables del secuestro, muerte y desaparición.

“Queremos que castiguen a los responsables de todas estas omisiones, no vamos por una compensación económica, lo que queremos es que se castigue y se encuentre a los asesinos de mi hermano”.

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