En 1948, un hombre se puso un par de zapatos de plomo de tres dedos de 13 kg y comenzó a caminar por las playas de Florida de noche. Las huellas han llevado a muchas personas a creer que un pingüino gigante rondaba por la zona.
Muchos afirmaron haberlo visto realmente, ese pingüino gigante. Para ser precisos en la playa de Clearwater Beach. Siete metros de altura. Incluso un piloto, que volaba sobre el río Suwannee en el norte de Florida, afirmó haber observado un pájaro gigante y misterioso. Tras extensos estudios y una minuciosa investigación, incluso el reputado Dr. Sanderson decretó que necesariamente debía tratarse de un auténtico pingüino gigante.
Los residentes de Clearwater, Florida, entonces un pequeño pueblo de solo unas 15,000 personas, se sintieron atraídos por las playas del Golfo no para nadar o tomar el sol, sino por las misteriosas huellas de tres dedos en la arena. Con unas 14 pulgadas de largo y 15 pulgadas de ancho, las huellas salieron del agua, siguieron a lo largo de la costa casi dos millas y luego desaparecieron de nuevo en el mar. Se fotografiaron las huellas y se hicieron moldes de yeso, y aunque los expertos dijeron que la criatura debió pesar casi 2000 libras
La broma continuó durante 10 años, en varias playas, y el engaño se reveló solo 40 años después, cuando finalmente Tony Signorini, en 1988 confesó la broma.
La prueba de cómo la sugestión colectiva puede llevar a creer incluso lo improbable.
