En el último adiós a David, piden justicia

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El sepelio se llevó a cabo al mediodía de este lunes en el panteón del Ejido Francisco Villa

Las Choapas, Ver.

Redacción

David Pérez Carrillo, ganadero y padre de dos hijos que fue secuestrado el pasado 8 de marzo, y que su cuerpo apareció sin vida en una cañada cerca del kilómetro 73 de la autopista Las Choapas-Ocozocoautla, asistía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, por este motivo, los servicios funerarios se llevaron a cabo conforme a la tradición de esta denominación.

Con cantos, alabanzas y oraciones por su eterno descanso, familiares y amigos le brindaron una emotiva despedida para luego partir en caravana de vehículos a su última morada en el panteón del ejido Francisco Villa.

En punto de las 14:00 horas arribaron al camposanto con el ataúd con los restos de David, antes de depositarlo en su tumba, hubo palabras de reflexión y consuelo para los familiares, convencidos que ahora estará en un mejor lugar; en la presencia de Dios.

Entre los presentes la tristeza y el coraje se entrelazan, porque mientras unos sufrían la partida de este padre de familia, otros clamaban justicia y lamentaban el proceder de algunas autoridades al realizar la búsqueda de David.

LOS SECUESTRADORES EXIGÍAN RESCATE, DAVID YA ESTABA MUERTO.

Informes obtenidos por este medio, señalan que la autopsia practicada al cuerpo del ganadero indicaba que tenía alrededor de 6 días de haber fallecido, casi dos días después de haber sido secuestrado, pese a esto, los plagiarios seguían negociando con la familia para que pagaran el rescate.

Los secuestradores, que en un principio pedían la cantidad de 3 millones de pesos, en las negociaciones fueron bajando la cantidad por entregar a David, y en la última comunicación que sostuvieron con los familiares exigían 200 mil pesos, la familia tenía la voluntad de entregar el dinero, pero pidieron la condición de hablar con su hijo para garantizar que se encontraba con vida… fue la última vez que los plagiarios entablaron comunicación.

Tres días después, un trabajador que llevaba madera para componer una cerca en un rancho de la zona, se percató que en un riachuelo se asomaba un cuerpo sin vida, de inmediato dio aviso a las autoridades ejidales que junto con el padre de David se trasladaron al lugar para saber si era el cuerpo de su hijo.

Los captores de David le habían cortado el cuello y para que su cadáver no fuera descubierto, trataron de enterrarlo en este depósito natural de agua, colocando troncos sobre su cuerpo.

Los familiares piden la justicia de los hombres, pero prefieren creer que la justicia vendrá de Dios…

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