Encuentran en Chile los restos fósiles del perro doméstico más pequeño y antiguo del Cono Sur

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Según los especialistas, el hallazgo revela que grupos de cazadores-recolectores marinos que habitaban el Archipiélago de los Chonos habrían utilizado a los canes para las labores de pesca, entre otras actividades. ¿Cómo era y de qué antigüedad data?

Un grupo de arqueólogos y paleontólogos internacionales encontró, en el sitio arqueológico conocido como GUA-010 Conchal, ubicado en el Archipiélago de los Chonos, Chile, restos fósiles de un perro doméstico (Canis familiaris) que habitó hace unos 730 millones de años.

Según el estudio publicado en Scientifc Reports, los huesos fosilizados hallados corresponden a un espécimen adulto con un tamaño corporal pequeño, de aproximadamente 3 a 4 kilos de peso, lo que significa que es el can más pequeño y antiguo hasta ahora registrado en el Cono Sur.

Teniendo en cuenta tanto el lugar donde se produjo el hallazgo, como así también los análisis de los huesos del can y la información procedente del área, los investigadores creen que el perro fue utilizado en las labores de pesca, entre otras actividades.

“El perro que nosotros hemos documentado, no es una especie endógena, no es nativa del archipiélago de los Chonos. Fue introducido, muy probablemente desde el área sur de Chile, transportado en canoa hasta la isla Gran Guaiteca”, comentó Omar Reyes, investigador del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes y coautor del estudio.

“Con esto, no queremos decir que lo fueron a buscar hasta muy lejos, sino que desde esa área pudo darse una dispersión o intercambio de estos animales con otros grupos, con los que se interactuaba en redes de circulación de bienes. Lo interesante es que, de todas las excavaciones realizadas a lo largo de estos años, no habíamos registrado esta especie aún”, agregó el arqueólogo chileno.

“Dichas interacciones permitieron, por ejemplo, relacionarse con otros grupos hortícolas al norte de la Patagonia o del archipiélago de Chiloé que manejaban ya otros productos domesticados como la papa, el maíz y los porotos y que pudieron haber tenido también animales domésticos como el perro”, explicó Reyes.

“También se los señala como fuente de carne y el uso de su cuero para vestimentas. Sin embargo, tanto los análisis de los restos óseos, como sus dimensiones, hacen poco probable que éste haya sido el caso”, concluyó.