Mark Zuckerberg quiere cambiar el rumbo de su golpeada compañía. El gigante en el que se había convertido Facebook lleva años recibiendo misiles por todas partes y 2021 se ha convertido en el peor año de su historia, lleno de polémicas, ataques y una caída alarmante en la utilización de su plataforma principal. Por eso, la idea que ha tenido para iniciar este gran cambio ha sido empezar por la base, por el nombre. A partir de ahora el conglomerado Facebook (que no la red social) se conocerá por un nuevo término que debe marcar un punto y aparte en el cometido de la empresa. Ahora, la compañía trabajará bajo el logo de: Meta. Que por otro lado es una especie de símbolo infinito achatado.
El cambio ha sido anunciado (aunque lo ha filtrado antes el tuitero Evan Leaks) en un evento que marca también la otra razón de este giro: quiere centrar su trabajo en la construcción del ‘metaverso’. Un mundo digital nacido en la mente de los escritores de ciencia ficción y que ahora el magnate estadounidense quiere liderar por delante de otras compañías que llevan años pensando en su desarrollo. Este mundo ‘online’, eso creen sus entusiastas, será un lugar en el que podamos tener una segunda vida, un internet mucho más inmersivo y real, y similar al que se ve en ficciones como Ready Player One o Futurama. Para conseguir levantar eso ha nacido Meta.
Según lo presentado en el Facebook Reality Labs, la nueva compañía se centrará en crear en los próximos años un ecosistema de realidad virtual completo, que vaya desde fiestas en un supuesto mundo virtual, a partidas entre jugadores reales y otros que estén a miles de kilómetros de distancia, competiciones, ‘afterparties’, programas de ejercicios y fitness, experiencias en museos y colegios… Todo eso aprovechando las herramientas de Facebook que, dice Zuckerberg, se centrarán en la seguridad y privacidad desde el minuto 1 y contarán con cientos de millones de dólares de inversión.
Los primeros en llegar serán los videojuegos, siguiendo, sospechosamente, el ejemplo de Fortnite, el juego de Epic que recabó miles de millones para, justamente, apostar por el ‘metaverso’, pues es uno de los ejemplos que más han acercado ese mundo virtual a la realidad. Todas sus primeras ‘apps’ llegarán entre finales de este año y principios del que viene.
Facebook, además, añade los dispositivos creados por Oculus que harán de la experiencia algo mucho más inmersivo. Horizon, otra de sus marcas, creará casas, lugares de reunión, espacios de fiesta… Todo para intentar llevar a más y más usuarios a este mundo. Y algo mucho más importante: atraer dinero y apoyos. Zuckerberg apuesta, algo que llama la atención teniendo en cuenta el papel que está empezando a jugar, por un ‘metaverso’ abierto, en el que ninguna empresa controle ese mundo virtual, sino que todas formen parte de él y permitan a los usuarios una interoperabilidad total. Un mundo sin barreras. De momento ya cuenta con ‘partners’ como Dropbox, Coursera o Zoom.
Zuckerberg ha hecho especial hincapié en la economía del ‘metaverso’ un término que le parece clave y que cree que ofrecerá un mundo nuevo para que los creadores puedan generar negocios y abrir nuevos caminos de crecimiento. Habla de conceptos como los NFT y la criptografía, y no olvida, como no, la publicidad. Ese aspecto, el del dinero, es uno de los más complejos y claves para poder vender las millonarias inversiones que está haciendo la compañía en este invento que no convence a los más escépticos.
Habrá que ver si el nuevo nombre, el envoltorio y todo lo presentado en forma de maquetas y promesas para los próximos años sirve para que el portaaviones en el que se ha convertido el conglomerado de Mark Zuckerberg siga navegando o solo supone un paso más hacia su hundimiento.
