Moloacan Ver.
Lázaro Cruz García
A un año de su fallecimiento familiares y amigos de Don Gerónimo Martínez Rodríguez fue recordado con un homenaje póstumo por familiares y amigos en el panteón municipal de la comunidad de Trancas Viejas.
Quien fuera un gran luchador social por su comunidad donde fue participe de gestiones con la que hoy cuenta Trancas Viejas fue recordado especialmente por sus hijos.
Don Gerónimo de oficio sastre y campesino, fue uno de los que luchó para que sus compañeros fueran dotados de tierra agraria por el gobierno federal.
Gerónimo Martínez Rodríguez.
Nació el 20 de Julio de 1935, en un paraje que existió cerca de San Lorenzo Mexcalapa, de la familia formada por don Atilano Hernández y doña Dominga Rodríguez Gómez, ambos oriundos del pueblo de Zaragoza y con raíces en el pueblo de Oteapan, sin embargo, al disolverse ésta familia fue adoptado por la familia formada por don Juan Martínez Luría y doña Epifania Martínez Cruz, también oriundos de Zaragoza, todos bilingües Náhuatl – Español. Nunca fue registrado por su familia de sangre, cuestión típica de la época, por lo que al crecer, él mismo procuró registrarse, adoptando el apellido Martínez por su familia adoptiva y el Rodríguez de su madre biológica.
Así creció en un hogar que combinaba las actividades del campo, con la sastrería, que después el mismo Gerónimo adoptó como uno de sus tantos oficios. Ante la falta de empleos, y terrenos propios para cultivar, esta familia deambuló por los pueblos de Minatitlan, Las Choapas, Coatzacoalcos y otros lugares menos conocidos. Para esos tiempos existía la educación primaria básica, que consistía en 3 años, y para completar la educación primaria, se debía acudir a centros urbanos más desarrollados, por lo que Gerónimo solo hizo 3 años de educación formal, con posterior formación autodidacta en diversos rubros. Gerónimo al ir creciendo inició en diversos empleos, como bolero, cobrador en camiones de pasajeros, etc. tiempo durante el cual también fue aprendiendo el oficio de sastre tanto con su padre adoptivo Don Juan, como con otros maestros.
Para la década de los 1940 en una en el área del actual ejido, se inició la explotación de maderas preciosas, por la compañía H. Raws, quien ostentaba una extensión de más de 40, 000 hectáreas, incluyendo los predios, Gavilán norte, Rabasa, Acalapa, La Verónica, entre otros; aprovechando las vías férreas recién instaladas. con una estación de bandera, mediante la cual se transportaban maderas preciosas al puerto de Coatzacoalcos y de ahí hacia Europa; Pronto los primeros trabajadores 25 para entonces, iniciaron trámites para la dotación de terrenos ejidales, basados en las leyes agrarias dictadas desde la constitución de 1917 y reavivadas durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas, como una conquista de la revolución mexicana. A este lugar en una de sus tantas migraciones, la familia de don Juan Martínez arribó en busca de empleo, combinando su oficio de sastre y trabajos en el aserradero y más tarde integrándose al comité agrario para reforzar la petición de tierras, lo cual se encontraba empantanada ante la falta de atención de las autoridades agrarias, y la oposición de los latifundistas.
En ésta actividad debieron enfrentar acoso de los terratenientes y guardias blancas, tratando de desalojar de las pequeñas chozas que con mucho esfuerzo habían construido, en este afán de desalojo empleaban incluso al mismo ejército, los integrantes del comité agrario eran amenazados, incluso uno de ellos fue asesinado por la misma razón, aunque detuvieron al asesino, un guarura del aserradero. Es en este aspecto donde Gerónimo Martínez tomó un papel protagónico al liderear el movimiento agrario que con los años fructificó en la regularización de la tierra.
Después de años de tramites sin progreso, un grupo de nuevos integrantes del comité agrario donde ya estaba Gerónimo Martínez, para el año 1952, se realizó el censo básico, que consistía en verificar el número real de integrantes y que cumplieran los requisitos, siendo integrado por 34 “capacitados” o sea que cumplían los requisitos.
No sin resistencias, como la acusación falsa por abigeato de dos integrantes del comité agrario, el asesinato de otro compañero, para el año de 1957, el gobernador Antonio M. Quirasco expidió el mandamiento, mediante el cual se dotó al poblado Trancas Viejas de 850 hectáreas, para conformar 34 parcelas de 20 hectáreas cada una, 1 zona urbana que abarca 14 hectáreas, una parcela escolar de 20 hectáreas y un agostadero de 36 hectáreas. Tierras que se habían solicitado del predio Rabasa, sin embargo, por nuevas resistencias, de dicho predio, solo se dotaron 350 y las restantes 500 hectáreas, fueron dotadas del predio Acalapa, éstas fueron recibidas en inconformidad por ser tierras arenosas, no aptas para la agricultura. Aunque transcurriendo el tiempo y la imposibilidad de cambiar el área dotada, al fin fue aceptada. Para es tiempo era presidente del comité agrario el Sr. Juan Martínez Luria, pero al ser dotado de tierras para el ejido, desaparece el comité agrario y se nombra el comisariado ejidal, resultando electo el mismo Juan Martínez, por lo que fue el último presidente del comité agrario y el primer presidente del comisariado ejidal.
Para el periodo 1960 – 1963, se nombró nuevo comisariado, el cual se integró por los cc. Aciano Martínez Torres, como presidente del comisariado ejidal, como secretario al C. Jerónimo Martínez Rodríguez, como tesorero a Abraham Martínez Alonso y como concejo de vigilancia Ignacio Santiago Lara. Con lo que Gerónimo Martínez empezó ya a formar parte oficial de los comités, durante el cual fungía como asesor jurídico al formarse autodidácticamente sobre las leyes y códigos diversos.
Posterior a la dotación de tierras, surgieron nuevos problemas, como el hecho de ser llamados a la cd de México pretextando un supuesto amparo de los terratenientes, lo cual solo era una estafa bien planeada por un despacho jurídico que argumentó haber promovido un contra amparo con costo de $ 10, 000 pesos, lo que Jerónimo Martínez no creyó ni tantito, y ante la negativa, pidieron que al menos liquidaran la mitad, y el resto lo absorberían ellos. Por supuesto que, al ser falso, no hubo ninguna consecuencia excepto el desgaste de viajar a la capital, tomando en cuenta que para esos tiempos la única entrada de dineros de los campesinos era la venta de arroz.
Por otro lado, el mismo comité agrario regional, pretendió aplazar el deslinde definitivo de la tierra, por lo cual debieron saltarse la valla junto con Don Mardonio González Castilla, acudiendo directamente con la brigada deslindadora. Asimismo, existían estafadores dentro del mismo departamento agrario que históricamente han aprovechado la baja instrucción de los campesinos para esquilmarlos en pos de los tramites, situaciones que debió enfrentar don Gerónimo, al irse ganando la confianza de los campesinos, por conocer el código agrario y saber enfrentar a los estafadores.
En esta época, la tierra dotada era de dominio comunal, o sea cada quien podía sembrar en el lugar que quisiera, siempre y cuando fuera socio del ejido y que el sitio elegido no lo estuviera cultivando algún compañero, sin embargo esto dificultaba las actividades dado que todos tenían trabajaderos dispersos por todo el perímetro, pero existía el problema que al deslindar parcelas los sembradíos de árboles frutales y maderables, de uno podrían quedar en la parcela dotada a otro, por lo cual el ingenio de don Gerónimo le llevó a proponer que se respetaran las cosechas en proceso, y los plantíos más prolongados como árboles frutales y maderables, se pagarían de acuerdo a un tabulador, así todos quienes había sembrado, serian retribuido por su trabajo; hay que mencionar que esto se vino a dar hasta la década de 1970, por las dificultades burocráticas, siendo electo presidente del comisariado ejidal el C. Gerónimo Martínez Rodríguez, y secretario el C. Mardonio González Castilla, para el periodo 1973 – 1976; quienes debieron continuar batallando para lograr el parcelamiento. Por esos tiempos ya Gerónimo Martínez figuraba a nivel regional, ocupando la cartera de secretario de la unión de ejidos del sur de Veracruz, por lo que su área de acción iba más allá de Trancas Viejas. Otro inconveniente era el económico, como se mencionó anteriormente, la principal entrada de dineros de los campesinos para ese entonces, era la venta de Arroz a los molineros de Córdoba, que pagaban a $ 900.00 pesos la tonelada; y para pagar al ingeniero que haría el parcelamiento necesitaban la cantidad de $ 26, 400.00 pesos. Cantidad que solo pudieron juntar hasta la cosecha más próxima.
Al fin se logró el parcelamiento, con lo cual cada ejidatario tenía delimitada su parcela, y gestionando los pagos de las siembras de sus antiguos trabajaderos. Cerró Gerónimo Martínez su periodo en el año 1976. con lo cual quedó al fin la conformación definitiva del ejido Trancas viejas.
Posteriormente continuó como asesor jurídico de comisariados y subagentes municipales sucesivos, combinando sus actividades del campo con la sastrería que para ese tiempo dominaba a la perfección, sin embargo, ante la falta de trabajos, asimismo incursionó como obrero eventual en la compañía Petróleos Mexicanos.
Políticamente siempre militó en partidos de oposición al eterno priismo de la época, entre ellos, el Partido Popular socialista, Partido Mexicano socialista, Partido Comunista de México, Partido Socialista Unificado de México, Partido de la Revolución Democrática (el auténtico, no el comprado por Salinas), y finalmente el movimiento regeneración nacional morena y Partido del Trabajo. En estas actividades impulsó las candidaturas de personajes como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, a nivel regional personajes como Jesús Hernández Tea, Mateo Rodríguez Roque, al congreso federal. A candidatos a presidentes municipales en su momento; él mismo en persona abanderó al partido Socialista Unificado de México en el año 1985, para la presidencia municipal de Moloacán, que para no variar fue arrasado por las conocidas practicas del PRI. Sin embargo, para el siguiente periodo 1988 – 1991, lograron posicionar al C. Fermín Cansigno Pérez, hijo de prócer municipal Teodosio Cansigno Cortes, como primer presidente municipal del pueblo, quien llegó con las siglas del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana – Frente Cardenista. No sin resistencias, ya que el PRI nuevamente intentó cometer fraude, debiendo defender los votos a nivel de la capital del estado, bloqueando el acceso al entonces Campo petrolero Cuichapa, que, al fin de varios días, fue reconocido el triunfo del pueblo.
Cuando le preguntamos a don Gerónimo acerca de la historia de la escuela primaria, nos contó que ésta fue edificada mediante la participación comunitaria, cooperando para adquirir los materiales, y trabajo voluntario, conocido como Tequio, que hasta hace unos años fue el modelo de participación en esta comunidad, hay que retomarlo. La primera escuela fue un aula de aproximadamente 6 por 5 metros, de barro con repello de cemento y techo de lámina, posteriormente se construyó el aula más grande que aún persiste, igualmente con participación comunitaria, ya las demás fueron construidas por el gobierno, no sin resistencia.
A su tiempo se introdujo la energía eléctrica de donde siempre formó parte de comités gestores, donde la comisión federal de electricidad prácticamente se negaba a introducir el servicio, poniendo miles de trabas, por su parte debió batallar con los mismos vecinos ya que no querían despejar las calles donde existían árboles frutales, las calles no se reconocían de los solares, pero al ser requisito indispensable se debió despejar.
En cierto tiempo debió luchar con el ferrocarril del sureste, puesto que ya habiendo iniciado el mejoramiento de las calles, empezaban a entrar vehículos hacia el poblado, a lo que se oponía el ferrocarril argumentando que las llantas de los autos, fastidiaba las vías, y para lo cual sembraban durmientes a cada lado de las vías y clavaban rieles, que dificultaban el paso incluso de los peatones; por lo cual Gerónimo Martínez y compañeros acudieron a diversas instancias, debiendo acudir hasta Teapa, tabasco a fin de lograr se autorizara el paso por las calles Cuauhtémoc y Benito Juárez García.
Las calles de Trancas viejas están en un terreno muy accidentado, por lo que solo se ha logrado aplanar un poco mediante la presión a las diversas compañías privadas y a Pémex, en sus diversos trabajos, como la introducción de tuberías o apertura de caminos, donde debió encabezar las actividades.
Gerónimo se caracterizó por ser autodidacta, privilegiando la preparación académica, por lo que luchó por la instalación de escuelas como la Escuela Primaria Enrique Conrado Rebsamen, el jardín de Niños Juan Escutia, y la escuela Telesecundaria de Tlacuilolapan y posteriormente la de Trancas Viejas. Él mismo al contar con cierta preparación, ocupó el cargo de Juez mixto de primera instancia en el municipio de Moloacán, en la década de 1980, siendo el último juez municipal, sin haber cursado estudios formales de derecho.
El mausoleo de su tumba contiene elementos referentes a su origen y actividad, primeramente las grecas escalonadas de la parte superior, como integrante de la nación Náhuatl originaria de estas tierras desde antes de la invasión europea, así como la hoz y el martillo que históricamente ha simbolizado la lucha obrera campesina, la estrella roja también representa al pueblo trabajador, igualmente lo acompaña una tijera como símbolo de su oficio que llegó a dominar al grado de maestría, la sastrería, y la balanza que representa la justicia, como algo que siempre procuró, y un día ocupó la titularidad del juzgado municipal.
Así mismo acompaña a esta simbología las fechas de nacimiento y deceso, según el calendario del Anáhuac, que marca su inicio 3114 años antes de la era cristiana. Por lo que las fechas señalan los años 5049 y 5138. Hoy estamos en el año 5139 del calendario mesoamericano.
Gerónimo Martínez Rodríguez, personaje multifacético, que dedicó sus mejores años a la gestación y crecimiento de este pueblo, hasta que sus fuerzas le permitieron. Como reconocimiento a su legado y enseñanzas, hoy rendimos un homenaje póstumo, a un año de su siembra, en ésta su eterna morada, por ser fundador de Trancas Viejas.