Por Gustavo Martínez Contreras
Después de 35 partidos y una semana antes de que se cumpla un año del pelotazo inicial se dio por terminada la temporada de futbol 7 en la Villa Cuichapa, un torneo por el que desfilaron grandes equipos, unos se transformaron, otros se fusionaron, algunos más desaparecieron… y es que en un torneo tan largo las piernas no dan para mucho y menos para los jugadores masters.
Bueno, la fiesta de la final fue muy bonita, los equipos femeninos de Tlacuilolapan jugaron un emotivo partido donde la escuadra del Barsa se impuso a las Felinas con marcador de 2 a 1 donde los ganadores fueron los aficionados de Tlacuilo que disfrutaron en todo momento del partido.
En la rama varonil la escuadra de Moloacán se alzó con el trofeo de campeón, venciendo claramente al equipo de San Pedro Mezcalapa con un marcador de 7 goles contra 4.
En punto de las 19:00 horas del sábado 5 de agosto del 2017 las tribunas y los alrededores de la cancha de fut 7 estaban a reventar, un ambiente de fiesta se vivía entre los asistentes, las fritangas, las raspas, los refrescos dulces y amargos iban y venían y me pongo a pensar ¿por qué no hay más eventos como este?
Aunque la organización deja mucho que desear (y más cuando se quiere hacer política desde la cancha) las finales se jugaron, aunque queda en el aire la pregunta ¿del torneo de niños no hubo final?, todo me resulta sin pies ni cabeza, Saín Cortez Gómez con 113 goles a lo largo del torneo y que fue el metió más ‘pepinos’, pues no recibió su ‘botín de oro’, pero que bueno que llegó a su fin y ahora a empezar el nuevo torneo.
Me resulta particularmente una broma de mal gusto el premio enviado por el alcalde: $300.00 (trescientos pesos) para el equipo ganador, ¡cuánta generosidad!, no puedo imaginarme la fiesta que van a organizar con esa cantidad. Me apartan una caguama, plis.
