Frenan el Usumacinta

El caudaloso río Usumacinta tiene nuevos ‘inquilinos’: Ocho espigones de piedra caliza que buscan reconstruir sus márgenes dañadas y frenar la fuerza de su corriente.

El director de la Conagua en Tabasco, Antonio Gutiérrez Marcos, Reconstruye la Conagua márgenes dañadas del afluente en el municipio de Tenosique con toneladas de piedra.

¿PARA QUÉ? señaló que derivado de los eventos hidrometeorológicos extremos ocurridos en el estado en el mes de diciembre de 2013, actualmente se realizan obras de reconstrucción y restitución en diversos puntos del estado, con recursos del Fonden, dentro de las que se encuentran las de las márgenes del río Usumacinta en el municipio de Tenosique.

“Dichas obras se encuentran ubicadas aguas abajo de la cabecera municipal de Tenosique y se ejecutan con el objeto de reconstruir los deslizamientos marginales ocurridos a causa del incremento de niveles del río Usumacinta durante la ocurrencia de lluvias extraordinarias derivadas del frente frío número 19 del mes de diciembre de 2013, y brindar además una protección contra erosiones”, señaló.

Gutiérrez Marcos indicó que los puntos en donde están siendo colocados dichos espigones son: En la margen izquierda del río, a la altura del poblado Boca del Cerro; en la misma margen izquierda, a la altura del ejido Chaculjí; en la margen derecha, en los ejidos Plan de San Antonio y José María Pino Suárez; y en la misma margen derecha, pero a la altura del ejido Estapilla.

Todos estos puntos en el municipio de Tenosique.

Otro de los puntos que no menciona el funcionario de la Conagua, pero que también están trabajando, es el de El Recreo.

‘Pasan su maquinaria sobre nuestras tierras’

Asunción Aes Echeverría, un campesino que habita en la margen derecha del río Usumacinta, en la comunidad de San Antonio de Padua, a unos 15 kilómetros al norte de la cabecera municipal, dijo que la empresa constructora llegó a arrasar con todo.”Tiene tres meses que están trabajando desde que sale el sol, hasta las ocho de la noche, todos los días, y han echado al río miles de toneladas de piedra para formar los espigones”, precisa.

Comenta que fue esta semana cuando le avisaron que ya iban a pasar por su parcela, por lo que decidió quitar el alambrado que delimita su propiedad.

Antes que él, otros predios también tuvieron que romper sus cercos para dar paso a los camiones de volteo y maquinaria pesada que arrastra gigantescas rocas a la orilla del río para formar las barreras.

“Los espigones tienen una longitud de 80 metros hacia adentro del río, 30 metros de alto desde el fondo hasta el pie del barranco y 20 metros de ancho”, revela Asunción.

Sin embargo, el campesino señala que cuando las crecientes son impactantes como las que hubieron en años anteriores, ni esos “espigones” bastan para detener el agua.

“Por eso creemos que el gobierno no los pone sólo por protegernos. Aquí somos 32 casas y se están gastando más de 200 millones de pesos. Si de verdad quería ayudarnos, mejor nos daba el dinero y comprábamos otros terrenos en lugares más altos. ¿No lo crees?” se cuestiona el hombre del campo.

“Hay comentarios de que lo hacen porque van a comenzar una presa allá por Boca del Cerro y si eso llega a pasar, nos acaba”, concluye.