Ganador del premio Nobel de la Paz se lanza contra homosexuales

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El ex presidente polaco Lech Walesa afirma que los gays no tienen derecho a un papel de importancia en la política y deberían sentarse detrás de una pared

AP

04/03/2013 08:38

VARSOVIA, 4 de marzo.- El líder democrático de Polonia, Lech Walesa, ganador del premio Nobel de la Paz, provocó indignación en Polonia al decir que los homosexuales no tienen derecho a un papel de importancia en la política y que es una minoría que necesita “adaptarse a cosas pequeñas”.

Algunos comentaristas sugieren ahora que Walesa, la principal figura de la exitosa lucha prodemocrática de Polonia contra el régimen comunista a fines de la década de 1980, ha dañado su legado irreparablemente.

Walesa dijo el viernes en una entrevista por televisión que considera que los gays no tienen derecho a sentarse en las primeras filas del Parlamento y si después de todo tienen representación, deberían sentarse en la parte posterior “e inclusive detrás de una pared”.

“Ellos saben que son una minoría y deben adaptarse a cosas pequeñas. Y no elevarse a gran altura, a las grandes provocaciones, arruinando las cosas para otros y arrebatando (lo que desean) de la mayoría”, dijo a un locutor de la cadena privada TVN durante una discusión de los derechos de los gays.

“No estoy de acuerdo con esto y yo nunca estaré de acuerdo”, agregó.

“Una minoría no debería imponerse sobre la mayoría”, afirmó Walesa.

Causa indignación

Las declaraciones han provocado indignación entre muchos.

“Desde el punto de vista humano sus palabras son sorprendentes. Fueron las declaraciones de un troglodita”, comentó Jerzy Wenderlich, portavoz del Parlamento, y quien forma parte de la Alianza Democrática de Izquierda.

De alguna manera, la indignación refleja mucho dónde está Polonia actualmente y dónde ha quedado Walesa.

Walesa, el primer presidente de la era democrática de Polonia, es un católico profundamente conservador y el padre de ocho hijos. Pero la democracia que el contribuyó a crear en 1989, desde el laberinto de las huelgas y otras protestas, han conllevado a profundos cambios sociales en años recientes.

Polonia siempre tuvo una sociedad profundamente conservadora y católica que por mucho tiempo suprimió el diálogo sobre los derechos de los homosexuales. El tema era un tabú bajo el comunismo y al inicio de la democracia.

La iglesia polaca, que tiene gran influencia en la vida política del país, aún considera la homosexualidad una desviación, mientras que los gays y las lesbianas dicen que son objeto de discriminación e incluso violencia.

Sin embargo, las cosas han cambiado mucho. Un momento importante fue en 2011 cuando un nuevo partido progresista y anticlerical, el Movimiento Palikot, ingresó al Parlamento por primera vez. Entre sus representantes estaban Anna Grodzka, un transexual, y Robert Biedron, un homosexual declarado

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