Testigos en el Aeropuerto de Bruselas describieron el horror y el pánico vividos tras los ataques terroristas de este martes
Los ataques terroristas en Bruselas han sido descritos por testigos en el lugar como “el Apocalipsis”, debido a que había sangre por todos lados y cuerpos desmembrados arrojados al suelo.
Tres explosiones ocurrieron en el Aeropuerto Internacional de Zaventem y una línea del metro en la ciudad de Bruselas, dejando como saldo al menos 34 muertos y 136 heridos.
Alphonse Youla, trabajador del aeropuerto, reveló que escuchó que un hombre gritó palabras en árabe antes de que ocurriera una explosión, seguida por una segunda mucho mayor.
“Era un horror. Vi por lo menos siete personas muertas. Había sangre. Gente había perdido sus piernas. Podías ver sus cuerpos pero no sus piernas”, narró el trabajador.
Asimismo, otras personas en el lugar describieron haber visto “cuerpos desmembrados por doquier”, así como el techo colapsando luego de la segunda explosión.
Un trabajador de un restaurante en la terminal aérea, identificado como Samir Derrouich, dijo que “Fue horrible. Solo había sangre. Era como el Apocalipsis”.
Por su parte, Dries Valaert, quien se encontraba registrándose antes de volar, narró: “vi a gente en el piso y solo comenzó a correr. Salté sobre las vallas de seguridad hacia la salida… Vi a una mujer de unos 18 años con una herida en la mano con sangre brotando y a un hombre con un tobillo lastimado. Había mucho pánico”.
El hombre explicó que creía que las bombas habían sido escondidas en maletas que fueron registradas poco antes, debido a que las explosiones ocurrieron detrás de los escritorios de servicio.
Otra persona, Martin Buxant, comentó que un testigo le contó que vio a cuerpos que salían disparados y caían fuertemente.
No todos los testigos en el lugar escucharon los supuestos gritos en árabe previos a las explosiones.
Jef Versele, de 40 años, y quien también se estaba registrando para volar, dijo: “todo estaba cayendo. Vidrios. Era un caos increíble. Era lo peor”.
“Vi a dos hombres boca a abajo con sangre saliendo de sus cabezas. Las heridas eran horribles. No te lo puedes imaginar”, añadió, asegurando que él sí escuchó a un hombre gritando en árabe detrás de él.
Zach Mouzoun, recién llegado a Bélgica, contó que la segunda explosión provocó la caída del techo en varios sectores.
“Fue atroz. Los techos colapsaron”, afirmó. “Había sangre en todas partes, gente lastimada… era una escena de guerra”.
Por su parte, un taxista llamado Philippe dijo que entró al aeropuerto para ver qué es lo que había pasado, y en la terminal se encontró con “un charco de sangre” y “cuerpos desmembrados”. Además, acusó a las autoridades de tardar demasiado en brindar el apoyo necesario a las víctimas.
El empresario Marc Noel, de 63 años, esperaba un vuelo de Delta Airlines a Atlanta cuando decidió comprar unas revistas de automóviles para leer en el avión y cree que ello le salvó la vida.
Estaba en el kiosco en el aeropuerto de Bruselas cuando estalló la primera bomba a apenas 50 metros de distancia.
“La gente estaba llorando, gritando, buscando a sus niños. Fue una experiencia terrible”, dijo Noel, de nacionalidad belga que vive en Raleigh, Carolina del Norte.
“No quiero ni pensar en ello, pero si no hubiera comprado la revista probablemente hubiera estado en el lugar donde estalló la bomba”.
Ketevan Kardava, una periodista de Georgia, estaba en la fila para abordar un vuelo a Ginebra poco después de las 8 de la mañana cuando algo que tenía la forma de una maleta estalló frente al kiosco de Delta Airlines. Los ventanales reventaron y había humo por todas partes.
“Todo quedó roto”, relató. “Estábamos llorando, gritando, corriendo, sin saber a dónde”.
Pocos minutos después, en medio del caos, hubo una segunda explosión, contó. Para ese momento cundía el pánico en todo el aeropuerto y apenas se podía ver.
Anthony Deloos, que trabaja en el registro de equipaje para la empresa suiza Swissport, dijo que el primer estallido ocurrió cerca de la taquilla donde los pasajeros pagan si su equipaje excede el límite de peso.
“A unos 20 metros de distancia de donde estábamos escuchamos una enorme explosión”, relató.
“Fue como cuando uno está en una fiesta y de repente te quedas sordo por el enorme ruido que hace”, dijo.
Añadió que volaba papel por todas partes y que al principio pensó que una cartelera se había desplomado, pero un colega le gritó que saliera corriendo.
“Me metí en una de las máquinas de equipaje para protegerme”, declaró.
Cedric Vanderswalm es otra de las personas que cree que pudo haber muerto en el incidente, pero que un retraso del tren y un elevador lleno salvaron su vida.
El joven de 20 años de edad planeaba viajar a Londres, y debido a que un elevador en el aeropuerto estaba lleno “no me subí. Esperé, y cuando estaba por subirme al elevador ocurrió una gran explosión”.
“Si hubiera tomado el elevador anterior, habría estado justo en el lugar de la explosión. Mi tren tuvo un retraso de cinco minutos, así que tuve suerte”, narró, con el rostro lleno de polvo pero ileso.
Los jóvenes Antoine y Alan, de 16 y 17 años de edad, dijeron que se encontraban comiendo en el aeropuerto cuando ocurrió la primera explosión, pero que no le dieron importancia.
“Nos miramos, pero nos pareció que no era nada y continuamos comiendo. Nadie parecía preocupado”, contó Alan. “Pensamos que se había caído un vaso grande o algo así. Pero treinta segundos después otra explosión tuvo lugar. Fue más cerca o más fuerte, no sé. Temíamos que las personas armadas estuvieran llegando”.
“Después de que vimos a dos policías que nos mandaron salir. Nos llevaron por la aduana y luego a la salida 44 de la terminal. Cada vez más personas se iban congregando allí y así esperamos 15 minutos”, detalló Antoine, explicado que un autobús los llevó al centro de la ciudad.
El Aeropuerto de Bruselas, que alberga a 23.5 millones de pasajeros al año, le dijo a sus seguidores en Twitter que no se acercaran a la terminal aérea, la cual estaba siendo evacuada, añadiendo que todas las operaciones se encontraban suspendidas hasta nuevo aviso.
Con información de Daily Mail, AP y ABC
