Portando únicamente una máscara de luchador, una gabardina y un par de tacones, un hombre realizó un acto que la comunidad católica calificó como profano.
El hombre en cuestión se aproximó hasta la zona del altar de la iglesia y ante la vista de algunos fieles el hombre se quitó la gabardina dejando al descubierto su cuerpo casi en su totalidad.
Los hechos se registraron en el interior de una Catedral de Manizales, Colombia.
Se dice que al momento en que este sujeto dejó ver sus partes íntimas, en la iglesia había familias completas y entre ellos varios niños pequeños.
Pese a la gran indignación de la comunidad, el hombre sólo podrá ser castigado de acuerdo a la Ley 1801 la constitución colombiana, de la que por el delito de exhibicionismo tendrá que pagar una multa de 236 dólares.
Testigos afirman que, después de desnudarse, el hombre se tiró al piso mientras un grupo de personas le tomaban fotografías. Se dice que las personas que le tomaron fotografías eran acompañantes del exhibicionista.
En realidad, el acto se trató nada más y nada menos que de un performance del artista Mateo Hoyos, esto dentro del marco del Encuentro Internacional de Performance. Por lo que puede establecerse que fue un acto planeado.
Como precedente, la artista del performance, Deborah Robertis ha acaparado las primeras planas de múltiples diarios y comunicación en los últimos años al hacer actos de exhibicionismo muy similares a este. En 2017 posó desnuda junto a la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci en el museo de Louvre y en 2018 fue arrestada tras posar desnuda junto a un monumento a la virgen María en Luxembugro.
Con frecuencia, los artistas del performance combinan la desnudez con el tema religioso con la finalidad de transgredir los valores del sector conservador de la sociedad. Se suele creer que el objetivo tras este tipo de piezas artísticas es ganar popularidad tras atraer la atención mediática.
