Por El Bicho Politikón
Prácticamente todo mundo sabía que en Pemex había un cártel huachicolero marca Romero Deschamps en colusión con los distintos directores de la paraestatal, robo que sin duda era autorizado desde lo más alto del poder, es decir, desde la presidencia de la República.
Lo que ha ‘desnudado’ la nueva administración no debe quedar en el señalamiento de que ¡descubrimos que nos robaban!, ni en la deshabilitación de tres funcionarios menores… que no me salgan con que el que cuidaba la puerta de salida es el único culpable de robarse ¡126,000 barriles diarios!
Aquí se trata de crimen organizado, había todo un sistema diseñado para robar y que nadie dijera nada… bueno, sí, gritaban a los cuatro vientos que el huachicolero con su manguerita de media pulgada era el culpable de la ordeña a Pemex, es decir, ladrones de altos vuelos acusando a los que explotaban junto con el fruto de lo robado. ¡Qué cinismo!
Por cierto, en este punto no hay opositores tomando furiosamente la tribuna del congreso exigiendo la cabeza del huachicolero mayor, mejor conocido como dirigente petrolero, tampoco escucho a Fox exigir una investigación, claro, si no es pendejo, sabe que va a salir embarrado al igual que Calderón y Peña Nieto.
No es creíble que no supieran del plan para ‘exprimir’ a Pemex, lo que sí fue criminal es que lo hayan permitido convirtiéndose en cómplices de tan monumental robo: porque hagamos un ejercicio aritmético simple… 126,000 barriles a 55 dólares por barril nos da 6 millones 930 mil dólares que multiplicados por 20 pesos por dólar es igual a casi 140 millones de pesos DIARIOS y nos vienen a decir que nadie vio nada de nada… a otro hueso con ese perro.
Si bien López Obrador no necesita ‘legitimarse’ ante el pueblo, sí que es deseable que toda esa pudrición tenga nombres y apellidos… por el bien de la República, ni perdón ni olvido.
Pues eso.
