Incineró crimen organizado cuerpos en fosas de Ixtac; identificación tardará meses: ONG

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Orizaba, Ver.- Para Ana Lilia Jiménez, representante del colectivo Familiares de Desaparecidos Córdoba-Orizaba, la delincuencia organizada en esta zona calcinó a las víctimas de desaparición forzada; los sedimentos encontrados en las fosas del municipio de Ixtaczoquitlán así lo demuestran, pero deberán de esperar la conclusión de las investigaciones para corroborar sus sospecha. Igualmente denuncian una tremenda lentitud en las indagatorias.

Pero para que se llegue al final de las investigaciones seguramente pasará mucho tiempo y de eso, los integrantes de esta organización están conscientes sobre todo porque la Policía Científica “tardó mucho para empezar el proceso. Ellos, los investigadores federales nos alegan que ya los colapsamos, que hay mucha fosas en el país y que carecen de personal y herramientas para poder atender la creciente demanda, por eso apenas están empezando a hacer los trabajos en esas fosas y obviamente de aquí a que se tenga un resultado para hacer las confrontas, con los perfiles de las familias de Veracruz, va a tardar algunos meses.

“Sabemos que desafortunadamente lo que hemos encontrado en las fosas de Córdoba y Orizaba, apunta a que fueron quemados, entonces va a ser muy difícil la identificación de los cuerpos, pero no perdemos la fe que aunque sea un pequeño fragmento pueda regresar a casa y darle la paz a esa familia”.

Hace un mes, el nueve de agosto, los integrantes de este colectivo, asumiendo el riesgo de su integridad, se internaron en un terreno privado de la congregación de Moyoapan en el municipio de Ixtaczoquitlán, ahí y mediante llamadas anónimas les referenciaron los predios que fueron utilizados por la delincuencia organizada para desaparecer a sus víctimas.

El rastreo fue responsabilidad de ellas y ya hasta después y por la presión del mismo colectivo, así como de los medios de comunicación, la Fiscalía Regional inició los protocolos oficiales para dar paso a las indagatorias.

“Pero los trabajos van muy lentos, incluso detuvieron el avance porque ya no hay personal y aparte el proceso del cual se deriva todo, extraer el ADN, hacer los estudios pertinentes y de ahí subirlo al banco de datos para las confrontas lleva mucho más tiempo. Ahorita el banco de datos de ADN más real que se tiene es el de Policía Científica y el de la Universidad de Morelos, que también ha sacado muestras de manera gratuita, porque la del estado no tiene muchos datos perdidos que obviamente han arrancado de sus hojas de libros”.

Los colectivos han sido punto de embates oficiales, de tal manera que se sospecha que la Fiscalía General del Estado (FGE) ha infiltrado a personas afines en los grupos de búsqueda, “para que sean ellos los que la mantengan informada de todos los movimientos que hacemos o planeamos. Esta práctica sucede en diversos estados del país y ahora se aplica en Veracruz”.

Ante ello, “cerramos filas y la información la guardamos celosamente dos o tres personas que vamos a operar y el resto de compañeros se les cita en determinado lugar, no se les dice a dónde vamos y de ahí vamos a lo que tenemos que hacer”.

Estas medidas, agrega, “son lo que nos han obligado a tomar para nosotras mismas y para todo el grupo. Así nos aventuramos el 9 de agosto a abrir esa fosa, llegamos a ese punto, con toda la desobediencia civil y sabiendo los riesgos que implicaba. Pero sólo así vamos a encontrar a los nuestros y regresar la paz a la familia”.

Ana Lilia Jiménez Sandoval busca desde hace cuatro años a su hijo Yael Zuriel Monterrosas Jiménez quien desapareció el 1º de septiembre en Orizaba, es de los primeros casos conocidos en el Pueblo Mágico, ocurridos en 2012, junto con el de Fernanda Rubí Salcedo Jiménez ocurrido el 7 de septiembre cuando fue sacada del antro Bull Dog; y el de Yoshua Aldair Mendoza Castillo, el 8 de septiembre visto por última vez en la Alameda de Orizaba. Ninguno de estos casos ha sido esclarecido.

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