El expresidente Lula da Silva, que cumple una pena de 12 años y un mes de prisión por corrupción, quedó en el medio de un embrollo judicial este domingo con órdenes y contraórdenes para su liberación que dejan a Brasil en una confusión total.
El líder de la izquierda, favorito para las elecciones presidenciales de octubre pese a que su candidatura debería ser invalidada, podría salir de la cárcel a la brevedad después de que un juez de apelaciones volviera a emitir una orden para su liberación que previamente fue cancelada.
Después de haber sorprendido a los brasileños esta mañana con una orden de liberación que acabó siendo anulada por el juez relator del caso en TRF4, Favreto volvió a la carga y pasadas las 16:00 h local ordenó “el inmediato cumplimiento de la medida de liberación en el plazo máximo de una hora”.