*La percepción de los mexicanos sobre su situación económica actual y futura, así como su posibilidad de adquirir ciertos bienes, cae en cada nuevo indicador que se anuncia. Aunque el consumo privado –el principal motor del crecimiento de México– sigue avanzando, el bajo ritmo al que va lo condena a llegar tarde o temprano a la desaceleración. Ante ello, determinaron economistas, un repunte en la industria sería el único alfiler que sostendría al país, pero en niveles de 2 por ciento. Expertos consultados por Banxico ven un crecimiento de un 2.13 por ciento para 2016 y el FMI de un 2.1 por ciento, por debajo del 2.5 por ciento que el país creció en 2015. Ese único paracaídas, sin embargo, se ve amenazado por un debilitamiento en las exportaciones y la política de proteccionismo. Ciudad de México, 6 de octubre 2016 (SinEmbargo).– La economía mexicana lleva rato desacelerando y ahora ha comenzado un vuelo bajo hacia la tormenta perfecta. Esta semana los especialistas consultados por el Banco de México (Banxico) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo alertaron. Ante un “freno” en el consumo privado y un “desempeño débil” de la inversión y la demanda externa, el único paracaídas del país sería la industria nacional y un crecimiento más sólido de Estados Unidos, su principal comprador, dijeron analistas. Sin embargo, la ola de proteccionismo que se ha dado ante “la desesperación”, porque la economía mundial no ha logrado recuperarse desde la crisis de 2008-2009, cortaría los hilos de ese exclusivo sostén, alertaron. El aterrizaje sería devastador o prolongaría el estancamiento. “Lo que seguía sosteniéndonos era el consumo interno. Su crecimiento no se ha desacelerado, pero su ritmo no es muy sostenible como para pensar que seguirá creciendo igual. Toda su expansión del semestre anterior no la está sosteniendo una buena expectativa de inversión y producción. La gente se preocupa porque no ve mejoras económicas, entonces comienza a ser un poco más cauta en su decisión de consumo. Empiezan a verse ciertas señales de que el consumo se está apagando y posiblemente eso se intensifique para el último trimestre del año”, expuso Jorge Gordillo Arias, analista económico del grupo financiero CI Banco. El consumo privado en el mercado interior aumentó un 0.13 por ciento durante julio en comparación con el 0.93 por ciento de junio. En su balance anual avanzó 3.9 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El analista económico Alejandro Villagómez afirmó que el consumo privado todavía está creciendo y es el principal motor de la economía. Pero ha comenzado a desacelerar “por los bajos niveles de ingreso”. Ante una caída en la perspectiva de los mexicanos sobre su situación económica actual y futura, así como su posibilidad para adquirir ciertos bienes, el Índice de Confianza del Consumidor registró en agosto una disminución mensual de 1.6 por ciento y de 4 por ciento anual. El analista de CI Banco agregó que lo que urge es que se levante la industria y la demanda externa una vez que la recuperación de Estados Unidos se refleje en la demanda hacia México. Esto por lo menos permitiría “seguir creciendo en niveles de 2 por ciento”. El experto reconoció que con un repunte en la industria, el consumo interno “no despegaría, pero compensaría su posible desaceleración” porque esa variable normalmente tarda un poco en reaccionar. Pero la inversión y la demanda externa, fuentes de ingresos, también se están tambaleando. Durante el segundo trimestre de 2016, la inversión privada fue de 18.7 por ciento del PIB, y la pública de un 3.8 por ciento, de acuerdo con México, ¿Cómo Vamos? La Inversión Fija Bruta, que representa los gastos realizados en maquinaria y equipo de origen nacional e importado, así como los de construcción, presentó una disminución mensual de 1.2 por ciento en julio. En su comparación anual fue de un 1.7 por ciento, su cuarta baja consecutiva. De acuerdo con ambos economistas consultados, los inversionistas han detenido sus inyecciones de capital en el país por los ajustes al gasto público “y el 2017 va a ser igual”. También, dijeron, por el contexto de incertidumbre actual generada por los resultados de las elecciones de Estados Unidos, la subida en la tasa de interés de ese país y por la caída en los precios del petróleo. “El contexto actual de mucha incertidumbre por los temas externos, así como la percepción de que se deterioraron muy rápido los fundamentos de la economía en cuanto a finanzas públicas y la deuda. Eso inmediatamente pega a la confianza del inversionista; los detienen y se esperan a ver si gana Trump”, determinó Gordillo Arias. “Al Gobierno no le queda otra más que seguir tratando de recobrar la confianza de los inversionistas de aquí al próximo año y correr con suerte de que los temas externos se corrijan”, añadió. Los especialistas consultados por Banxico una vez más prevén menos crecimiento económico en México para 2016 y 2017, un dólar más caro y más inflación, principalmente por la debilidad del mercado externo y la economía mundial; una menor producción petrolera y más barata; la inestabilidad financiera internacional; la incertidumbre cambiaria; y los problemas de inseguridad pública. Para este año ajustaron su expectativa a la baja de un 2.16 por ciento en agosto a un 2.13 por ciento, y para el próximo año de un 2.52 por ciento a un 2.36 por ciento. Asimismo, ante un dólar al mayoreo previsto en 18.84 pesos, los expertos estiman una inflación en 3.18 por ciento, es decir, más que el objetivo. Banxico mismo ya lo vislumbró: “para los siguientes meses se espera que la inflación general anual se incremente gradualmente y cierre el año ligeramente por arriba de 3 por ciento”, ha reportado. Es decir, los precios de los bienes y productos se dispararán. Ante esta caída en tobogán, la industria es a lo único que México puede sujetarse, expusieron los economistas. No obstante, por el crecimiento mundial débil –que no logra salir del bache de la crisis financiera de hace ocho años– los países no tienen dinero para adquirir productos al país por lo que México presentó una “debilidad del sector exportador” (.4.4 por ciento) en la primera mitad de 2016, detectó el FMI. Ante ello, redujo su expectativa de crecimiento a 2.1 por ciento, 0.4 puntos menos que hace tres meses. “La economía mexicana registró una contracción en el segundo trimestre de 2016, como resultado de que se frenó el crecimiento del consumo privado, a la vez que la inversión y la demanda externa siguieron presentando un débil desempeño”, aseguró el Banco de México (Banxico) en su último informe de política monetaria, cuando elevó la tasa de interés a 4.75 por ciento para evitar que el dólar en 20 pesos se traspasara al precio de los bienes. “Si bien el sector industrial en su conjunto ha permanecido estancado, recientemente se ha observado cierta recuperación en diversos indicadores como la producción manufacturera, tanto automotriz como no automotriz”, añadió el banco central. Alejandro Villagómez, analista económico, aseguró que lo que le ocurre a la economía nacional también lo están sufriendo las economías del mundo; el problema es generalizado. “Hay poco comercio mundial lo cual afecta mucho a países exportadores como México”, resumió. La debilidad de las exportaciones mexicanas es porque “nuestro principal comprador, Estados Unidos, tuvo un mal crecimiento durante el primer semestre. ¿Quién nos compra?” La incertidumbre generada por la anunciada salida del Reino Unido de la Unión Europea y un frenazo mayor de lo previsto en Estados Unidos son los principales responsables de un crecimiento global aún “apagado”, que puede empeorar si triunfan los llamamientos al proteccionismo, ha advertido el FMI. “Es de importancia vital defender las perspectivas de una mayor integración comercial. Dar marcha atrás al comercio solo puede profundizar y prolongar el actual estancamiento”, advirtió ayer Maurice Obstfeld, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la presentación del informe de cabecera del organismo Perspectivas Económicas Globales. Jorge Gordillo Arias, analista de CI Banco, concluyó que “en el mundo hay cierto enojo y desesperación” sobre el modelo económico actual, pero recurrir a la opción nacionalista sería un retroceso: la mayoría de las industrias, explicó, tienen una estructura enfocada en la globalización por lo que sería volver a invertir y eso generaría una inflación más alta, afectaría a la economía mexicana y seguramente bajaríamos las expectativas de crecimiento de una forma más agresiva”. |