Por El Bicho Politicón
El día de ayer Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad sacaron a la luz un reportaje de gran calado: La Estafa Maestra, donde documentan el desvío por más de 7 mil 670 millones de pesos por parte del gobierno federal, ante lo cual, las grandes cadenas noticiosas guardan silencio entretenidos con las grandes tormentas y huracanes.
La Estafa Maestra da cuenta de la participación de 128 empresas fantasma, 11 dependencias federales con nombres de todos conocidos como Rosario Robles, Alfredo del Mazo y Emilio Lozoya como los principales protagonistas de esta red de corrupción a gran escala, tanto, que Javidu parece un mero principiante, ocho universidades públicas y más de 50 funcionarios federales de todos los niveles son los protagonistas.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) es contundente al respecto, se trata de “un claro acto de corrupción”, dice, pero como cada vez es más evidente a dicha ASF nadie la toma en cuenta, ya que desde su creación ha venido denunciando la escandalosa desviación de recursos del erario público y no-pasa-nada, los ladrones siguen tan campantes robando a sus anchas.
Ahora, ¿cuál será la justificación que encontrará Peña para no tomar medidas en contra de los señalados con pruebas contundentes de tan tremendo desvío de recursos?, ya sabemos, él quiere que las cosas buenas se sigan contando, de las malas, “ni las ve ni las oye”, como diría el clásico, ¿qué hará el procurador ante estos graves hechos de corrupción en el primer círculo presidencial?, nada, si está ahí es precisamente para servir como tapadera de su jefe… Peña.
Porque en última instancia, no me imagino que el enmarañado de corrupción sea para el enriquecimiento de particulares (que también se da), si no es una forma de obtener recursos para inyectarlos a las campañas políticas del PRI-gobierno, ahí está Del Mazo como prueba, ahora gobernador electo del estado de México. Imagínese a este personaje ahora como gobernador, sin duda que son los maestros de la estafa.
La danza de los millones perdidos, el ominoso silencio de los medios, el aparato gubernamental al servicio de la mafia del poder, el uso de los recursos públicos para su goce personal… la pudrición de las instituciones.
Pues eso.
