La justicia, trapito de cocina; Javier Duarte y la impunidad

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•Yunes escarba por otro lado

Barandal

Luis Velázquez

Veracruz, 20 de septiembre de 2016.- PASAMANOS: Muchos excesos ha cometido Javier Duarte, JD, en el ejercicio del poder, entre ellos, los siguientes, según recuerda el maestro en Ciencias Políticas, Carlos Ronzón Verónica:

El uso de un helicóptero oficial para viajar de Xalapa a Córdoba a comprar tortas de “La rielera”, el changarro preferido del góber tuitero.

El seguimiento policiaco personal a Miguel Ángel Yunes Linares expresado en los retenes carreteros como una nueva forma de intimidación.

Los cargos públicos a las barbies y sus amigas.

El cabildeo internacional para convertir a Woodlands en el municipio número 2013 de Veracruz y de paso declararlo pueblo mágico.

Las notarías fast track, por dedazo, a su secretario particular, a su secretario de Finanzas y Planeación y a una diputada local a través de Flavino Ríos.

La llamada “Operación licuadora” para desviar los recursos federales, digamos, a otros programas sociales en otras regiones.

La desviación de las participaciones federales de los municipios y el subsidio de la Universidad Veracruzana.

El pitorreo sobre la creciente inseguridad asegurando que sólo roban Frutsis, palomitas y refrescos de cola.

El desprecio y el menosprecio a las madres de los desaparecidos y quienes incluso han descubierto las fosas clandestinas más extensas del país en el terreno anexo al Frac. “Colinas de Santa Fe”, en el puerto jarocho.

El asesinato de niños, diez de los cuales tan solo en Las Choapas, la tierra de los carteles y cartelitos.

Convertir a Veracruz, el paraíso terrenal, en el infierno mismo, donde nadie está seguro ni puede cantar victoria de que ya la libró.

Con todo y denuncias penales del góber electo de enriquecimiento ilícito seguir declarando que tiene “las manos limpias y la frente en alto”.

Lo peor será terminar el mandato constitucional y retirarse, por lo pronto, a la vida privada, sin pisar las mazmorras del penal de Pacho Viejo.

BALAUSTRADAS: Por eso, cuando ayer el periódico Reforma publicara una nota más denunciando posibles trastupijes del góber tuitero y familia, el profe Ronzón dijo que se trata de un show mediático.

Y un show mediático, porque está visto y comprobado que luego de tantas denuncias penales y la guillotina de la Auditoría Superior de la Federación, el SAT y la Unidad de Inteligencia Financiera de la PGR encima, nada ha pasado.

Incluso, y para evitar un desgaste innecesario, hasta el mismo góber electo le ha bajado en el tono discursivo, aun cuando, al mismo tiempo, da seguimiento con su equipo jurídico a las denuncias penales.

De todo, pues, “y sin medida”, ha sido acusado JD.

Y como “nada pasa”, la conclusión es una sola según el profe con maestría en la Complutense (Ciencias Políticas) y doctorado en la Universidad Autónoma de Puebla (Sociología), a saber, la justicia es un trapito de cocina, un juguetito utilizado para los enemigos y adversarios.

En contraparte, a mayor impunidad cubriendo a JD, como si cada vez duplicara su fuerza política en las elites federales, más se multiplica el antipriismo de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.

Por un lado, JD sigue cometiendo dislates y disparates cada día…

Cada vez sigue tuiteando como en los primeros días del sexenio…

Cada vez existe un mayor número de duartistas amparados ante un juez federal…

Cada vez un mayor número de duartistas se arrugan y tienden puentes con el góber electo a quien entregan papelitos, documentos y hasta grabaciones inconfesables, y al mismo tiempo, en rara y extraña conjunción, cada vez el repudio popular y el rechazo social a JD repunta, y por añadidura, la población electoral se harta del partido tricolor.

ESCALERAS: En el siglo pasado, cuando el gobernador de alguna entidad federativa pasaba de tueste, el presidente de la república ajustaba cuentas, ya que lo desaforara, ya que lo incorporara al gabinete federal, ya que lo enviara de embajador o cónsul (según su peso político).

Incluso, el caso más emblemático fue cuando Luis Echeverría cambió la Constitución para imponer a Carlos Armando Biebrich como gobernador de Sonora a los 27 años y cuando en el transcurso del sexenio lo desaforó a partir de que se soñaba candidato presidencial y hasta una matanza de indios yaquis se le atravesó.

Ahora, con Enrique Peña Nieto de tlatoani en Los Pinos, la más absoluta impunidad para el góber tuitero.

Y es que en la lógica de la cultura priista, lo mismo encarcelan a un político inocente que liberan a un político culpable.

Y en el caso, mientras Peña Nieto enfurece cuando hay una crítica en la prensa internacional en su contra, el silencio total ante lo que está ocurriendo en Veracruz bajo el duartismo.

Tan es así que, por ejemplo, el góber electo se ha visto obligado a cambiar su discurso y al mismo tiempo, mirar a otros lados en la estrategia, como por ejemplo, escarbar el destino de los recursos estatales, de los que al momento nadie se ha ocupado, porque el mundo político (por ejemplo, los siete candidatos a gobernador) se fueron por el erario federal.

Y si en el destino de los fondos federales hay un cochinero como indican las denuncias penales de la Auditoría Superior de la Federación, en el manejo de los estatales la cloaca estaría llena de podredumbre.

Y más, porque el ORFIS y la Comisión de Vigilancia del Congreso y la Contraloría y la SEFIPLAN del yunista Ricardo García Guzmán se volvieron la peor tapadera sexenal.

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