Por El Bicho Politicón
Érase una vez un presidente corrupto que quería que todas sus fechorías quedaran impunes, entonces se le ocurrió la gran idea de poner a investigar sus cochupos a su compadre, claro que su compadre (gran conocedor de las leyes) nunca le encontró nada raro y así vivió feliz por los siglos de los siglos… así parece pensar Peña, es que vea quién es el recién renunciado procurador.
Raúl Cervantes fue secretario jurídico del PRI en la campaña de Peña, ahí fue compañero de Lozoya, ex director de Pemex quien recibió sobornos de Odebrecht, fue diputado federal, ahí compartió curul con Cesar Duarte, ahora prófugo por corrupción, así que por lo menos en esos dos casos había conflicto de intereses que lo imposibilitaban para la investigación.
Además de que Peña lo quería impulsar como fiscal general, puesto que lo llevaría a ser tapadera de las corruptelas de Peña y su equipo, cosa que al final no sucedió por la presión ciudadana que hubo y tuvieron que recular, cabe también recordar su más reciente escándalo, cuando fue descubierto que tenía registrado un Ferrari en un domicilio abandonado, que tuviera un auto con esas características no era el problema sino la opacidad con que actuó quien debería ser transparente en su vida pública, justificando su desliz como un “error administrativo”.
¿Con qué autoridad moral actuaba este personaje?, pues con total inmoralidad, así como se ha venido actuando en este gobierno cleptómano… quizá el más corrupto de todos los tiempos y ellos tan campantes, como si no fuera con ellos la cosa, robándose miles de millones de pesos y anunciando tandas para los damnificados. Gastándose un millón de pesos por hora en publicidad y dando una miseria por las casas colapsadas. Ahora sí, como dijo un amigo: “está bien que chinguen… pero a su madre que la respeten”, jejeje.
Pues eso.