“Mi Rincón Veracruzano”

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Guevara M. E. Ramírez V.

Desde Villa Cuichapa, Ver.

A mis 17 lectores una gran disculpa, no hemos tenido el tiempo suficiente para poder escribirles algo agradable, de acuerdo a las últimas noticias, habitantes de Tijuana, B.C. han protestado por la invasión de Centroamericanos a esa fronteriza ciudad, pues bien, quienes viven en el municipio de Moloacán a lo largo de las vías férreas desde Lázaro Cárdenas hasta “El Gruyo”, los que viven a lo largo de la carretera también han sufrido los mismos problemas, claro está, no todos son “depredadores” muchos de estos migrantes son amables, pero no se comen los alimentos que se les provee, se los llevan y la gran mayoría los deja tirados a lo largo del camino, ellos quieren alimentos ricos, sabrosos, no frijoles ni tortilla, los que se ponen a pedir dinero en las vías no se despegan de ahí hasta que consiguen un buen dinero, muchos andan buscando lugares donde venden alcohol o drogas, otros se han quedado tanto en Villa Cuichapa, como en las localidades del municipio de Moloacán o Ixhuatlán del Sureste. Pasando a otro tema les diremos que el pasado sábado la alcaldesa de Moloacán, LCC. Victoria Rasgado Pérez, entregó una obra más… “La calle que tenía caca”, la Benito Canales, a la que le faltan unos metros para concluir su pavimentación, pero al fin… sobre ésa calle corría un arroyuelo que proviene del área de Compresoras, que los vecinos “entubaron y entroncaron con otro que pasa por la herrería El Ángulo, su relleno se inició con Hilario Martínez Martínez y la cooperación de los vecinos, Hilario suspendió el relleno cuando le extraviaron un tambo de Diésel destinado a los volteos que hacían el acarreo, los drenajes los hicieron administraciones anteriores como “de juguete”, llegó Victoria Rasgado Pérez a la presidencia y … le entró al toro, eliminó la calabaza y seguirá haciéndolo, la semana pasada inauguró la calle… ahora continuará en las calles que faltan, bien por la alcaldesa al rescatar el nombre del prerrevolucionario Benito Canales, que acogió el lema de Emiliano Zapata “La Tierra es de quien la trabaja”, ahora los vecinos de ésta calle tendrán que solicitar el cambio de nombre de su calle al INE. Para actualizarse, y posteriormente a la CFE, Catastro y otras entidades, cuyos empleados, por “error o ignorancia”, siguieron el juego de que la calle se llama Francisco Canales, ya lo hemos dicho, hay otra calle a la que llaman Francisco Montes de Oca, pero su nombre original era el de Fernando Montes de Oca en honor a uno de los Niños Héroes de Chapultepec, por cierto, Usted amable lector, sabe quién fue el Dr. Zósimo Pérez Castañeda?… Pasando a otro tema les diremos que hace muchos años hubo un carnaval, que quienes lo vivieron jamás lo olvidarán, las candidatas fueron Isabel González Gutiérrez y Lilia Espinoza López, la triunfadora fue la hoy profesora jubilada Lilia, y el Rey Feo fue Cipriano García Hoyos, (a) “Pelofino”, lógicamente la princesa fue Chabelita y el Príncipe resultó ser Luis Mejías Zacarías, “El Guaramucho” ya que el slogan de Chabelita era… “Vote por Chabelita y el Tapado”. Conocí a Cipriano García Hoyos, a inicio de la década de los años 50, había llegado de  su tierra Zacapala, Pue., a hoy Villa Cuichapa, como operador de moto conformadora, tuve la oportunidad de trabajar con él de ayudante, ya que se encargaba del mantenimiento de la carretera Las Choapas-El Chapo, El Entronque-La Pera, que era una terracería donde los conductores podían imprimir grandes velocidades a sus autos, camionetas y autobuses como si fuera autopista, ya que siempre se conservaba sin baches, Don Cipriano con el paso de los años se casó con Eloína, hija de Don Chanito Hernández y Doña Pascuala Hernández, hermana de Don Pedrito Hernández, esposo de Doña Matiana que fuera hermana de Doña Fabiana, quien falleció con una centuria de edad, a nuestro personaje lo conocimos todos como “Pelofino”, aunque en Puebla había dejado herencia, a como dejó en el Km 6 , en el Km17 y aquí en hoy Villa Cuichapa, cuando fui su ayudante, recuerdo que en la portada me dijeron que era un operario muy exigente que ya había corrido a tres ayudantes entre éstos a: Don Carlos Noverola, a Don Refugio Martínez Moreno y a Don Manuel Martínez Yáñez, con temor -casi con miedo- después de que me dieron la orden de trabajo, y me dijo Don Efrén León Gómez que era un ascenso, después Don Homobono Carvajal me dijo que generalmente él estaba en el área de trabajo, y que lo más seguro era verlo en el Entronque, hasta allá mi dirigí y jamás lo pude ver en el día, pero al siguiente me fui hacia el Km17 donde dejaba la moto y ahí lo encontré, me presenté con él y me puso a botar el zacate que arrancaba de la orilla hacia el monte, ahí vine por un buen rato quitando zacate, hasta que regresó y me dijo… veo que tienes actitud para el trabajo, así es que súbete, por dos años aproximadamente fuimos compañeros, enseñándome a manejar correctamente ése tipo de maquinaria pesada, tractor, motoconformadora y aplanadora, gracias a las gestiones de Chon Vargas, que era comisionado del Sindicato Nacional, se hicieron definitivas dos plazas, la de operador y ayudante, sin saberlo a Pelofino y un servidor nos mandaron a mí a mi puesto de base en caminos y a Pelofino a la “barita” en transportes, mientras que las plazas que nosotros traíamos fueron ocupadas por Anastasio Pérez y Othón González Zertuche, meses después se hace de base la plaza de Operario de Aplanadora, yo pretendí ése ascenso, pero Don Othón, como tenía muy buenas relaciones con el Ing. Hermoso, se la dieron a él, inclusive el Ingeniero me dijo que yo estaba muy chamaco para ésa responsabilidad y a mí me mandaron ascendido de Operario de Tercera a Perforación y mi jefe era Don Catalino Vela Bravo (a) El Capitán, con quien hice buenas migas, y unos días después estando en la guardia me dijo “El Capitán” que pidiera por teléfono diésel para el equipo, pues no lo habían surtido, y al levantar el teléfono que era de ”Central” escuché claramente que Don Othón se había muerto minutos antes ya que la aplanadora le había pasado encima en una de las subidas hacia el campo Arroyo Blanco, el operador del teléfono era Don Antonio Gómez Subiaur, con mucho miedo me dirigí al Capitán y le dije que se había muerto Don Othón y me dijo…¿Pediste el diésel? Le dije que no y me contestó ¡pues pídelo!… le volví a decir… es que Don Othón se mató… y a ti que te interesa, si lo que necesitamos es el Diésel… a Don Tacho Pérez le cayó un árbol de Pake allá en Arroyo Prieto, Tab. Años después al calcular mal una maniobra de desmonte, con el paso del tiempo “Pelofino se hizo de planta como operador de equipo pesado, y se dio a la idea de continuar con las funciones de Box, que había dejado Don José “Zum-Zum” Ruiz Ruiz, y organizó varias peleas instalando el Ring-Side en el Mercado y después atrás del cine Sección 16, trayendo a varios boxeadores de la región y con experiencia, pero dejó la promotoría cuando Chencho Cazarín boxeó con Leobardo Esteban y después de la tranquiza que se dieron se estaba congestionando “Chencho” y el Dr. Pinto recién llegado lo atendió en los bajos de lo que fue la lonchera que estaba a un lado de las escalinatas de la Terraza de la Sección 16, ahí dejó “Pelofino” la Promotoría, pero su carácter alegre lo llevó a ser Rey del Carnaval, compartiendo honores con la Maestra Lilia Espinoza López que fue la Reina de ése evento que dejó muchos recuerdos gratos a casi todos los habitantes de hoy Villa Cuichapa, puesto que casi todos participaban en los eventos carnavalísticos, después “Pelofino” fue movilizado a Las Choapas, donde se jubiló como jefe de Transportes regresando a su tierra Zacapala, cuando su hermano Gerardo, que era Presidente Municipal lo llamó para que lo apoyara en los caminos del municipio de Zacapala, en junio de éste año, Cipriano García Hoyos quién fuera propietario de una casa de asignaciones llamada “el Palo Blanco”, que comprara a Albino López Loera, en lo que hoy es la confluencia de las calles V. Carranza y Dr. Zósimo Pérez Castañeda, de sus anécdotas, falleció en su tierra,  hay muchas anécdotas que contar de nuestro amigo, y para la posteridad. Gracias a Aureliano García por la foto de su padre que nos prestó. Ya nos vamos. Adiós.

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