Por El Bicho Politicón
Las recientes elecciones en Estados Unidos donde los Republicanos (partido de Donald Trump) perdieron la Cámara de Representantes (un equivalente a la Cámara de Diputados en México) parecen dar un giro a las políticas estadounidenses en materia de migración.
Y digo que parece ya que si analizamos los fríos números vemos que la realidad es muy lejana a la percepción que tenemos de ella… en el primer año de gobierno de Trump se deportaron 177 mil migrantes menos que en el gobierno Demócrata de Barak Obama, de hecho, Barak es el que se lleva el premio al presidente que más deportaciones ha hecho en la historia, lo que vuelve a contrastar con la terca realidad.
Si bien es cierto, Trump es un tipo antipático (por decir lo menos), su política migratoria se basa en gran medida en la disuasión, lo que ha logrado con creces ya que los intentos para pasar a buscar el sueño americano han disminuido y eso gracias a la retórica de (Mc)Donald contra los migrantes.
Por otro lado, la marea de migrantes que atraviesa territorio nacional, me parece algo ‘sospechocista’ y a la vez desnuda lo que a diario vivían en las sombras los centroamericanos en nuestro territorio.
Si, oiga usted, según algunas cifras, por la frontera sur cruzaban mil 500 migrantes diariamente y lo hacían exponiéndose al peligro de las bandas organizadas y desorganizadas, háblese de maras, pandillas, policías municipales, estatales, federales y de migración: todos veían a los migrantes como botín, al fin y al cabo, ¿quién se preocupaba de ellos?
Por poner en contexto el asunto, los migrantes congregados en ciudad deportiva de la ciudad de México representan cuatro días de cruces y lo que antes hacían de forma individual ahora lo hacen ‘en bola’ y se presenta en forma de ‘crisis humanitaria’, crisis que tiene décadas y que hasta ahora se le ve el ‘rostro feo’ a la migración.
En municipios como el nuestro, es cotidiano ver a los migrantes pidiendo dinero o alimentos para seguir su camino y sabemos que van de paso. Asombra ver las críticas xenófobas de algunos cuantos descerebrados que exigen que nuestros migrantes sean tratados con dignidad por (Mc)Donald Trump, pero quieren tratar a puntapiés a los centroamericanos.
Vaya doble cara que manejan.
Total, mundo es uno y todos somos habitantes de él…
Pues eso.
