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Se habla de hipersexualidad o ninfomanía cuando nos referimos a la adicción femenina al sexo o el deseo incontrolable de mantener relaciones sexuales con otras personas, el consumo de pornografía o la masturbación.
Sin embargo, no hay que confundir los síntomas de esta condición, ya que suelen existir distintos mitos o creencias que son totalmente falsos y que crean prejuicios en la sociedad y sobre todo en las mujeres.
PUBLIMETRO habló con la sexóloga Ximena Cardona, Psicóloga de la Universidad del Valle, experta en terapia individual y de pareja, temas de seducción, manejo del duelo y sexología, quien hizo énfasis en las falsas creencias de la ninfomanía, los casos más comunes y las posibles causas a padecerla. “ Alrededor de la ninfomanía existen diversidad de mitos que van desde lo clínico hasta lo social; el primero de ellos lo encontramos en el psicoanálisis (corriente de la psicología clínica) donde se afirma que la ninfomanía es un intento de la mujer por escapar al sometimiento tradicional que se le imponen cultualmente con el matrimonio y la maternidad”.
Asimismo, Cardona hace énfasis en el hecho de que la personalidad de la ninfómana no va atada a su adicción: “Hay falsas verdades que a veces armamos mentalmente frente a este tema por ser considerado un tabú, como que las ninfómanas son mujeres fáciles, o tienen baja autoestima o por el contrario son súper atractivas; etc”.
Causas
“Aún no se tiene claro qué puede causar la ninfomanía o hipersexualidad, entre muchas de las opciones están problemas de salud mental, como trastornos bipolares, el uso excesivo de alcohol o drogas, algunos medicamentos clínicos pueden afectar las inhibiciones sociales en las personas”, afirmó la profesional, quien además asegura que puede llegar a ser un grave problema para quienes la padecen, pues la depresión, ansiedad o estrés podrían ser parte de esto.
Ninfómana vs no ninfómana
Cuando le preguntamos a la doctora sobre la diferencia de la vida sexual de una mujer que padece hipersexualidad, frente a una que no lo padece, nos contó: “Si lo viéramos desde el punto de vista sexológico muchos dirían que la ventaja es que disfrutan del sexo sin prejuicios, con total libertad de experimentar sensaciones, lugares, posiciones, etc, sin embargo, no todo es tan bueno como lo muestran y el dilema de este padecimiento está en la no contextualización del acto. El sexo se puede disfrutar a plenitud pero saber dónde, cuándo y con quién, para que la búsqueda del placer se obtenga y no queden los famosos vacíos o insatisfacciones”, asegura Ximena.