Una niña irlandesa sobrevivió a una rara enfermedad que podría haberle causado daños cerebrales irreversibles, incluso la muerte.
La niña de nombre Maisy nació sin sangre en las venas. Todo sucedió cuando su madre, Emma Vignes, notó que su bebé no se movía en el vientre.
En ese entonces, tenía 34 semanas de gestación, las cuales cursó de manera normal, hasta que notó que la pequeña había dejado de moverse.
Los médicos trataron de hacer una extracción sanguínea al feto; pero no pudieron, según informa el periódico ‘The Daily Telegrap’, la madre había absorbido todas sus plaquetas.
Los médicos temían que la niña, de sobrevivir, tuviera algún daño cerebral irreversible.
Ante la gravedad del caso, le realizaron una cesárea de urgencia para salvar a la bebé, a quien le aplicaron tres transfusiones para proporcionar sangre a la pequeña, la primera de ellas realizada a través del cordón umbilical.
Después de dos semanas en la unidad de cuidados intensivos, el sistema sanguíneo de Maisy alcanzó los índices normales y fue dada de alta.
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