Un niño de siete años de edad murió a manos de su hermano de cinco en Saint Louis, Missouri, Estados Unidos.

El lamentable hecho sucedió el pasado 31 de marzo cuando los pequeños se encontraban en una habitación en la parte superior de su vivienda, uno de ellos, buscaba unos dulces y encontró el arma que pertenecía a su padre.

Al pensar que era un juguete, el menor accionó el arma provocando la muerte de su hermano Jermon Perry. Minutos después, el pequeño lesionado cayó sobre el sillón donde se encontraba jugando videojuegos y murió en el hospital.

“Él (padre) nunca pensó que encontrarían el arma. Ella (Madre) solía esconder los dulces para que no los encontraran, Jermon era el chico más dulce”, relató Érica Jones, amiga de la familia.

De acuerdo con un estudio de 2015 de la Biblioteca Nacional de Medicina, alrededor de 100 niños menores de 14 años muere producto de disparos accidentales en sus hogares en los Estados Unidos.