En los últimos días se ha especulado sobre la posibilidad de que los padrinos y madrinas desaparezcan.
Los padrinos y madrinas no desaparecerán en México ni en ningún otro país, al menos por el momento, la iglesia Católica no ha tomado esta decisión y no existe ningún documento oficial emitido por el Vaticano donde se hable al respecto.
La confusión parte de que hace unos días Giacomo Cirulli, obispo de tres diócesis que gobierna en la región de Campania, al sur de Italia, tomó la decisión de suspender por los próximos tres años la participación de los padrinos en los bautismos, confirmaciones y comuniones.
En México y en diversos países donde se profesa la religión católica se tiene la costumbre de elegir a un hombre, una mujer o ambos para que se conviertan en padrinos de un menor, ya sea para su bautizo, confirmación o primera comunión; sin embargo, en días recientes se ha comenzado a especular sobre la posibilidad de que desaparezcan los padrinos y madrinas.
De acuerdo con el artículo 872 del Código de Derecho Canónico, la función de un padrino es, junto con los padres, “presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo”.
Las condiciones para convertirse en padrino o madrina son que sean elegidos por los padres del niño, ser mayores de 16 años, que también profesen la religión católica y tengan una “vida congruente con la fe”.
Esta decisión es de carácter experimental y solo aplicará en las diócesis que el obispo tiene a su cargo, cuyo objetivo es el de arreglar inconvenientes que se han venido presentando con los padrinos, quienes en la actualidad desconocen el significado de convertirse en padrino o madrina.