Obsoletas, las rutas de escape en complejos

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Han pasado 20 días desde la explosión en Clorados III y los caminos de evacuación en la zona industrial lucen destrozados.

Redacción

En estado deplorable, así lucen las vías de escape en los alrededores a los complejos de Coatzacoalcos a varios días de que se registrara una de las peores tragedias con la explosión de Clorados III. el mal estado de los caminos, vías de escape y salidas de los complejos Morelos, Cangrejera y Pajaritos que llevan a los puntos de reunión a la carretera Coatza-Villa y al bulevar Morelos.
En esos rumbos, a diario, cientos de trabajadores, prestadores de servicios y chóferes de camiones pesado, pasan para realizar alguna actividad ligada a los complejos.
El mal estado de los caminos que están habilitados como vías de escape ante alguna contingencia como la de Clorados III salta a la vista como un gran pendiente en la seguridad industrial de Petróleos Mexicanos y las empresas privadas que allí operan.
El día de la explosión, el 20 de abril, fueron varios los coches y camionetas de trabajadores de Pemex y de las empresas que volaron llantas de sus unidades ante el mal estado de las vías de escape, y la desesperación por dejar atrás la zona de intoxicación o riesgo de quemadura.
Agujeros, zanjas y otros que parecen fosas se abren paso en las vías de comunicación terrestre cerca del clouster industrial que es presumido por autoridades locales y federales sobre el potencial económico de Coatzacoalcos.

PISTA DE OBSTÁCULOS
Durante la explosión de Clorados III esos caminos fueron empleados como vía de salida, se saturaron de empleados y personas en busca de refugio y el tráfico se volvió lento por el mal estado de la infraestructura terrestre.
Numerosos empleados se brincaron la barda de los complejos para arriesgarse por el monte ante el mal estado de los accesos; hay testimonios en redes sociales de sobrevivientes que se lanzaron al monte para llegar a los cerros, brincando toda clase de obstáculos, poniendo en riesgo la vida.
Ya pasaron más de dos semanas desde la desgracia que cobró la vida a más de 30 personas, y esos caminos siguen abandonados, aunque los altos funcionarios del gobierno mexicano prometieron acciones inmediatas para remediar las vías de escape, lo que no se observa hasta el momento.
Otro rubro pendiente es la caseta de peaje del Coatza I, “el día de la explosión, muchos de mis compañeros tuvieron que dejar sus coches abandonados, orillados en la carretera, por las colas que se formaron en la caseta. No era posible, pasada media hora después de la explosión, y la caseta seguía cobrando peaje”, dijo una trabajadora de Pemex, durante la última reunión de ciudadanos y empresarios en el Centro de Convenciones de Coatzacoalcos para buscar alternativas la violencia.
Hasta ahora, los encargados del Comité de Ayuda Mutua no han dado la cara sobre los errores en materia de seguridad presentados durante la contingencia, como la dilación para pedir a la caseta de peaje que dejara de cobrar el paso, para mejorar el flujo vehicular de la salida de los petroleros que fueron evacuados, así como numerosas patrullas de Tránsito y de Federal de Caminos que se atravesaron en la carretera para evitar el paso de periodistas, y a la vez, obstruyendo la vialidad para las ambulancias.

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