Por Gustavo Martínez Contreras
Hace unos días escribía en ésta misma columna acerca de las observaciones que le hizo el órgano fiscalizador del estado a las cuentas de Moloacán y, a pesar de que hubo inconsistencias por varios millones de pesos, las conclusiones a las que llegó fueron que no eran graves y hacía algunas recomendaciones para solventar las diferencias encontradas.
Hasta ahí nada parece anormal en estos cuentos de las revisiones de cuentas, pero hay que tener en cuenta que es el mismo órgano fiscalizador que no le encontró a Javier Duarte los millonarios desfalcos que hizo, ya me imagino que tipo de trabajos realizaron que sus actos que ya son investigados por la nueva fiscalía.
Todo esto viene a colación porque hay unas asociaciones que piden que las cuentas moloacanenses sean revisadas, a lo que me sumo, ya que, a simple vista, en el 2016, no se vieron las obras municipales, dice un dicho que ‘piensa mal y acertarás’, y una cosa me lleva a la otra ¿será que esos recursos se estén utilizando para cierta agrupación de la manita? ¿Será que se vean esos recursos en la campaña de la pareja municipal?
Sería sano para todos que se pudiera ver con transparencia a dónde fue a parar cada peso de las arcas municipales y que se hagan las auditorías con el rigor profesional que se requiere y no las caricaturas de revisiones que hicieron en la anterior administración estatal.
Oiga usted, ‘cuentas claras, amistades largas’ reza el dicho popular, parece que en Moloacán no se ven tan claras las cosas, ya nos veremos en la próxima entrega.
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