OIGA USTED… UNA RAYA MÁS AL TIGRE

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Por Gustavo Martínez Contreras

Resulta incomprensible (por lo menos para mí) cómo es que los gobernantes de éste rincón de la patria conciben la “cosa pública”, un gobernador conspirando a lo grande para llevar a sus bolsillos grandes cantidades de dinero del erario, munícipes más preocupados por su imagen que por sus gobernados, una policía con nula preparación y que el uso y abuso de la fuerza bruta es su signo de distinción al asumir tareas de ministerio público y de jueces e imponer el castigo a los “culpables” a su arbitrio.

Cuando un gobierno se convierte en parte del problema y no en la solución de los problemas algo falla en el sistema, cuando las iniciativas de fomento al empleo o al autoempleo son combatidas y no impulsadas desde el gobierno, nos sumen en la espiral de la pobreza, cuando a la ineficiencia le suman el autoritarismo la cosa se torna dramáticamente en peligrosa.

La constitución y las leyes que de ella emanan deberían ser garantes de una sana convivencia, cuando es pisoteada esta legalidad por personas que deberían velar por su justa aplicación lo que le sigue es la barbarie y ahora sí estamos como en el viejo programa del “Chapulín Colorado” “quién podrá defendernos”.

El deber ser de la “cosa pública” trata de ser eficaces en la aplicación de las políticas públicas, de tener un buen alumbrado, de una buena recolección de basura, de una buena dotación de agua p-o-t-a-b-l-e, de tener una policía que garantice la seguridad de la gente, en fin, de tener una buena administración de los recursos para beneficio c-o-l-e-c-t-i-v-o, el no cumplir con esto garantiza que a todos como sociedad nos vaya muy mal.

Una parte importante del trabajo es la denuncia de lo que no funciona bien y debería ser una fuente de oportunidad de los gobiernos para ser parte de la solución de los problemas y caminar junto a sus gobernados, pues eso.

El 30 de noviembre de 2016 acabó uno de los sexenios más nefastos en la historia de Veracruz, el saldo es de todos conocido, desaparecidos, negocios sucios, enriquecimientos muy explicables, corrupción en todos los niveles, muerte de varios periodistas, corporaciones policiacas al servicio del crimen organizado…

La entrada del nuevo gobierno en sí ya es un alivio aunque lo monumental del reto me pone poco optimista acerca del futuro veracruzano y es que no es para menos, oiga usted, llevamos muchos años de descomposición social, política, económica, moral y los dos años que va a tener Miguel Ángel Yunes me parece muy poco tiempo para sentar las bases de un nuevo ser y hacer… aunque hay que esperar.

Por lo pronto no espero que las carreteras sean circulables a partir de mañana, tampoco espero que la policía se profesionalice o que en las oficinas de gobierno no pidan un soborno para que tu trámite no tenga problemas, ¿será que mañana ya tengan medicinas y vacunas los hospitales y clínicas del estado? No lo creo.

MAYL tendrá que tener, más que suerte, los arrestos necesarios para combatir contra Goliat, la tarea no parece fácil, los frentes de batalla son bastantes y el margen de maniobra reducido. Está en nosotros, el pueblo, gran parte de la solución al no permitir que personas como Duarte lleguen al poder o denunciando a los que desvían el ejercicio de gobierno para su beneficio, no esperemos que el otro cambie para hacer lo correcto, pues eso.

Oiga usted, ¿terminó la pesadilla? Nos vemos en la próxima entrega.

Contacto: [email protected]

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