Por: Aremio Hurtado Ruiz
Nanchital, Ver.
El inicio de la edificación del auditorio “Chico Balderas”, hace poco más de diez años, causo entusiasmo en la mayoría de la ciudadanía nanchiteca, pero al paso del tiempo se puede observar con tristeza el abandono y el deterioro en que se encuentra, surgiendo diferentes comentarios, como el de haber sido propuesta de un partido de oposición, el de desvió de recursos y el querer ponerle el nombre de un líder político en estos momentos.
El auditorio que llevaría por nombre “Chico Balderas”, en recuerdo del gran líder sindical de Nanchital, Francisco Balderas Gutiérrez, dio inicio con participación estatal, en la administración de Francisco León Ocejo, quien ganara la presidencia por un partido contrario al que había gobernado por muchos años en este municipio, obra que al principio entusiasmo a los nanchitecos pues aparte de dar empleo a ciudadanos de este lugar, sería un espacio de usos múltiples, perteneciente al ayuntamiento desligándose un poco de áreas similares de la sección 11.
Al paso de los años y cambio de administraciones la construcción se comenzó a abandonar argumentándose diversos comentarios como el de no contarse con recursos estatales para continuar la obra, así como el que hubo desvió de recursos económicos con la compañía que realizaba los trabajos, por lo que hasta los trabajadores de la construcción quedaban continuamente sin recibir sus correspondientes pagos y hasta el que no se intervenía tratando de presionar para su conclusión, debido a que el auditorio llevaría el nombre del líder sindical catalogado como innombrable en la actualidad por la sección número 11 de petroleros.
Lo cierto es que en este momento la edificación observada en sus inicios por la mayoría de los nanchitecos como un excelente acierto, es ahora solo una construcción que al paso de los años se continua deteriorando, convirtiéndose en refugio de malvivientes, en un área totalmente sucia donde muchos llegan a realizar sus necesidades fisiológicas, al no tener ya las láminas que servían para cercar el rededor del edificio, el cual al continuar así y más ahora con la situación económica del Estado, con el paso de los años podrían anunciar hasta su demolición.
