Pocos se cuidan las uñas de los pies y mira lo que puede pasar por eso.

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La podología debería inculcarse entre los niños y niñas, como se hace con el cuidado de los dientes, ya que cuando los pacientes llegan al podólogo lo hacen porque ya no les queda de otra.

Jazmín Rueda, licenciada en Enfermería y quien estudió podología en Puebla, dice que el objetivo de esta especialidad es prevenir las afectaciones en pies y cadera, además salvar las uñas y no eliminarlas.

Mujeres y algunos hombres van a los spas o salones de belleza o de uñas para que les embellezcan los pies; sin embargo, no reciben un tratamiento adecuado de acuerdo con la problemática que presenten.

Agregó que otras personas tratan de cubrir la mala salud de sus uñas con barnices o con polish, más no saben que hay especialistas que les diagnosticarán y les recomendarán tratamientos para solucionar, no para cubrir las imperfecciones.

No hay una cultura sobre el cuidado de cadera, rodillas, pies y uñas, los que pueden provenir desde una mala postura, calzado inapropiado, compartir el calzado, mala hidratación y mal secado y falta de higiene en los pies, entre otros, asentó.

Los problemas más frecuentes por los que se visita al podólogo son las uñas enterradas, hongos, uña acompañada de hongo en tercer grado con moho que la hace parecer una garra, así como callosidades gruesas en talones o las plantas del pie, asimismo llegan pacientes con pie de atleta que implica comezón, ardor y mal olor, pero lo más complicado es cuando estos problemas se presentan en pacientes diabéticos, que podrían perder desde un dedo hasta el pie.

Lo primero en lo que el podólogo piensa es en dar el tratamiento adecuado para salvar la uña, el dedo, o el pie, así como estudiar el motivo por el que la uña del paciente se entierra para lo cual está en coordinación con los especialistas que atienden al paciente, por lo regular un podólogo no trabaja solo, puntualizó.

Jazmín rueda concluyó que se requiere hacer campañas sobre el tema en los jardines de niños y escuelas primarias, como hace mucho tiempo se hacían, ya que desde ahí se detectaría a niños y niñas con posibles problemas de postura, mal calzado o de quienes hacen ejercicio con calzado inadecuado, pues se evitarían muchos problemas de dolores de rodillas y cadera, así como de uñas enterradas.