¿Qué es el Big One y por qué aterroriza a científicos?

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Las consecuencias serían devastadoras pero ¿Podrán los expertos predecir el día exacto en que ocurrirá?

Hace casi 25 años, California fue golpeada por un gigantesco terremoto severamente mortal. Llegó a los 6,7 en la escala de Richter, y la aceleración terrestre fue la mayor jamás captada en un área urbana estadounidense.

Murieron 72 personas, 12 mil resultaron heridas y pérdidas de 49 millones de dólares. Ocurrió en la falla de San Andrés en 1994.

Más de dos décadas después, la Ciudad de México fue golpeada por otro sismo de 7,1 que dejó más de 360 muertos, alrededor de 17 mil afectados (desabasto de servicios por semanas), demolición de edificios y construcciones significativos y pérdidas de 3 mil 731 millones de pesos.

Daños del pasado sismo en la Ciudad de México. Foto: AFP

Ayer, un sismo de 7,9 impactó en costas de Alaska activando la alerta ante un posible Tsunami que afectaría gran parte de Estados Unidos y Canadá. No se registraron muertos ni heridos pero el fenómeno ocasionó caos y evacuaciones.

Y así, un sin fin de movimientos telúricos a lo largo de los años en varios países del mundo.

Entre muertos, efectados, daños físicos y económicos, réplicas, desaparecidos y tiempo para recuperarse, los científicos trabajan para alertar sobre las zonas más vulnerables y las consecuencias de el mayor terremoto de todos los tiempos: El Big One.

Así quedó el colegio Rébsamen en la Ciudad de México, donde murieron más de 20 niños. Foto: AFP

¿Qué es el Big One?

También llamado ‘El Grande’ es un supuesto terremoto que, según los científicos, se espera ocurra en California, por la falla de San Andrés, y que tenga una energía superior a los 9 grados Richter.

La resistencia máxima que puede alcanzar un terremoto en la falla de San Andrés se considera 8.2, un cálculo basado en su ancho y longitud.

Y aunque eso es mucho más débil que el terremoto de magnitud 9,1 que sacudió la costa este de Honshu en Japón en 2011, causando un tsunami que mató a 18,000, aún sería suficiente para causar una devastación generalizada.

Al igual que California, los sismólogos creen que es solo cuestión de tiempo antes de que un gran terremoto vuelva a golpear a Japón.

Dicha información fue dada a conocer por David Galloway, un sismólogo delBritish Geological Survey, quien estudia los terremotos en todo el mundo, durante una entrevista al diario mirror.co.uk.

Franja de la falla de San Andrés a la altura de Gorman donde se calcula que se pueda producir un nuevo sismo de gran magnitud en las próximas décadas.

¿Cómo ocurrirá el Big One?

Según los científicos, se dice que este terremoto tendrá una escala superior a los 8,1 grados Richter y durará de 3 a 5 minutos.

Dicen que las consecuencias serían catastróficas; desatando un tsunami que iría y vendría durante 12 horas, con una masa que sería 2 veces mayor a la que afectó a Chile en 2010.

“Mientras más preparado esté un país, más probable es que la infraestructura sobreviva”, afirma Barnali Ghosh, ingeniero de terremotos.

Se estima que el terremoto ocurra a lo largo de la falla de San Andrés, por lo que el epicentro se situaría cerca de Palm Springs y que desde ahí las ondas sísmicas se propagarán hacia el norte de California, afectando también al sur del estado.

Así, se sentirá en San Diego, Oceanside, Los Ángeles y las regiones cercanas, afectando más a Los Ángeles donde las ondas quedarían atrapadas por las condiciones del suelo.

Palm Springs, el punto exacto donde se generaría el Big One. Foto: Wikimedia Commons

¿Qué es el Anillo de Fuego del Pacífico?

Los sismólogos esperan que haya alrededor de un terremoto de magnitud 8 o más en un año; el que desencadenó una alerta de tsunami en Alaska ayer fue 7.9.

También hay alrededor de 20 que tienen más de una magnitud de 7 y 120 con una magnitud superior a 6.

La gran mayoría estará situada alrededor del Anillo de Fuego del Pacífico, el nombre dado a una cadena de volcanes y sitios de actividad sísmica que rodean el Océano Pacífico.

Se extiende desde el extremo sur de América del Sur, a lo largo de la costa de América del Norte y luego a lo largo de Japón y hasta Nueva Zelanda.

La región es tan activa que el 90% de todos los terremotos ocurren dentro de ella.

El terremoto de magnitud 7.1 que mató a 360 personas en México en 2017, el tsunami de Japón y el terremoto de 6.9 de magnitud en Christchurch, Nueva Zelanda, que mató a 185 personas en 2011 son solo algunos ejemplos recientes.

Los daños son equivalentes a la preparación que tenga el país

La actividad sísmica no se limita sólo a esa zona – Turquía, Grecia, Indonesia y Chile son sólo algunos de los lugar que puede sufrir grandes terremotos también – pero la volatilidad de las regiones del Pacífico significa que nunca hay un terremoto muy lejos.

La Ciudad de México devastada ante el pasado terremoto, el 19 de septiembre del 2017. Ese mismo día pero de 1985 ocurrió otro similar, en el mismo lugar 32 años después. Foto: AFP

El Dr. Barnali Ghosh, un ingeniero de terremotos que trabaja como director técnico en Mott MacDonald, trabaja con los gobiernos para mejorar su infraestructura para hacer frente a los terremotos.

Él le dijo a Mirror Online que la magnitud de la devastación se basa en la infraestructura de un país en gran medida, al comparar la destrucción causada por el tamaño similar de los terremotos que golpean a las diferentes regiones.

“Hubo un terremoto y mató a un anciano, un terremoto de tamaño similar en Pakistán mató a 100.000”, dijo.

“Mientras más preparado esté un país, más probable es que la infraestructura sobreviva”.

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