Por El Bicho Politikón
En marzo de 2002 el ahora presidente era Jefe de Gobierno en el entonces Distrito Federal y declaraba que, para las elecciones a la presidencia de 2006, lo dieran por muerto, pero, fiel a su estilo, aseguraba que con una consulta –meses adelante- definiría si iba a la contienda electoral o no. Y fue…
Diez y siete años después –y ante la reciente aprobación de las reformas constitucionales en materia de revocación de mandato y la realización de consultas populares- afirma que ‘no es un ambicioso vulgar y que no se va a reelegir’… pero tiene cinco largos años para ir ‘sembrando’ la idea de que solo él puede seguir con el cambio, entonces… la consulta va a decidir. ¿Irá?
No nos engañemos, se está sembrando la semilla de la reelección presidencial, aquel que no lo vea o que envuelva de legalidad lo que se está haciendo es cómplice de la obscura noche que se avecina en la aún endeble democracia mexicana…
El poder que está acumulando Andrés es de tal magnitud que está avasallando con todo lo que huela a oposición, incluso dentro de Morena no hay quien pueda en sotto voce, representar un contrapeso real… siempre es deseable tener en el equipo a alguien que mantenga al gobernante con los pies firmes en el piso. Hoy no lo hay.
Con 8 de cada 10 mexicanos opinando que López Obrador va bien, la terea es titánica para los que vemos signos preocupantes… no se trata de ser ‘vulgar oposición’, no. Es una cuestión de leer las señales de ahora, contrastarlas con las de otros tiempos y ver hacía dónde sopla el viento, y no callar.
Muy loable que Andrés Manuel se quiera ver como el mejor presidente de la historia, en esa ambición es muy fácil descarrilar un proyecto o creer que se necesita el poder absoluto para lograr lo que en su cabeza es lo mejor para las mayorías… se trata, por ahora, de sutilezas que conforme pasa el tiempo se irán justificando con consultas o por lo que las plazas a mano alzada dispongan.
Pues eso.
