Ahora sí habrá “magia” en la Liga MX.
Ronaldinho fue presentado ayer como refuerzo del Querétaro por los próximos dos años. El crack ambiciona ganar el título con los Gallos Blancos, sin importar su fama de fiestero.
“Siempre he vivido de la misma forma y en todos los equipos en los que pasé he salido campeón, entonces espero continuar haciendo lo mismo aquí, viviendo de la misma forma y conquistando títulos.
“Conozco naturalmente todo de la Liga Mexicana, me falta ganar algo en México, he venido aquí para eso y voy a pelear para ayudar a mi equipo a conquistar algo”, dijo el brasileño, sin dribles, esos los dejó para la cancha.
“Dinho” arribó ayer al País ya con su visa laboral, acudió a su presentación en la Ciudad de México en la que le entregaron la camiseta 49 y de inmediato viajó a Querétaro para los exámenes médicos y acudir por la noche al Estadio Corregidora.
Era como niño con juguete nuevo. Exhibió humildad, pese a que sus logros son soberbios: ganador del Mundial 2002, elegido dos veces como el mejor del mundo, campeón en Confederaciones, Champions, Libertadores, Liga española…
Ya llegó el jugador al que Yasser Corona, zaguero de los Gallos, escogía en los videojuegos.
“Me definiría como joven, con ambición, como si estuviera empezando”, dijo Ronaldinho, quien apuntó que no tiene problemas físicos, pero ayer era demasiado precipitado jugar con tanto trajín.
Y lo opaca el Temo
El partido más esperado de la semana, el que volteó todos los reflectores a Querétaro y que se llevó las primeras planas de la prensa, no fue más que un juego deslucido y poco atractivo, el cual tuvo su momentos más emocionantes durante el medio tiempo, cuando Ronaldinho se presentó ante la afición queretana y los últimos cinco minutos, cuando cayeron los goles que marcaron el empate.