Este martes 11 de septiembre se conmemora el 45 aniversario del golpe de Estado en Chile, provocado por Augusto Pinochet, con el que se logró derrocar el gobierno socialista de Salvador Allende y desembocó en una dictadura militar con duración de 17 años.
Aquel 11 de septiembre de 1973, el hombre que entonces no tenía ni tres años en la presidencia, falleció como consecuencia directa del golpe apoyado por la milicia estadounidense.
“Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación […] tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, declaró Allende en su último discurso, tan solo minutos antes de que el Palacio de la Moneda fuera atacado.
El evento, que para muchos chilenos es el acontecimiento de mayor importancia en la historia de su país, hizo que Chile pasara de ser una sociedad democrática a un régimen militar que dejó casi 40 mil víctimas, según el mismo gobierno chileno en un esfuerzo por reconocer a los afectados y contribuir a la reconciliación.
Miles de chilenos fueron torturados, encarcelados y asesinados durante la dictadura. Le democracia en Chile fue irreparablemente alterada, e incluso en la actualidad, el país mantiene las cicatrices de una de sus eras más oscuras, marcadas por la represión y el miedo.
Y aunque han pasado más de cuatro décadas desde el acontecimiento, en Chile prevalece la consigna: “ni perdón ni olvido”.
En 2004, Augusto Pinochet fue condenado a arresto domiciliario por sus crímenes, pero dos años más tarde murió con cientos de casos aún sin resolver.
