La jugada de todos los tiempos. Así bautizó Víctor Hugo Morales al segundo gol de Maradona ante los ingleses, esa tarde del 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca. Aquel encuentro contra Inglaterra es el reflejo de lo que fue la carrera de Diego: por un lado la astucia para marcar un gol con la mano, y por otro la virtuosidad para librarse de cuanto rival encaró para marcar uno de los goles más hermosos de la historia.
El Diego marcó tres goles más en ese torneo además de su doblete en cuartos de final, pero quién los recuerda. La Mano de Dios y el Gol de siglo son tan históricos que incluso quienes no habían nacido los recuerdan. Al primero por la injusticia que representó y que jamás habría ocurrido en épocas del VAR. Al segundo porque no había manera humana de evitarlo
Con ese segundo tanto ante Inglaterra, Maradona demostró que él no era como los simples mortales sino un super dotado que, cuando se le ocurriera, podía hacer magia con los pies. Magia que embelesaría a aficionados y jugadores, propios y contrarios. Y es que lo hecho por Diego fue una hermosa sinfonía, una verdadera obra de arte.
Se cumplen 34 años de ese gran hazaña, aquella que formó parte de un consuelo para Argentina y una humillación para Inglaterra. Aquella que le marcó el camino al título a la Albiceleste. Y aquella que por mucho que pasen los años y por muchas figuras que jueguen, jamás podrá olvidarse.
