Se vive bajo una constante lluvia de balas en Iztapalapa

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Saben que la detonación de armas es cotidiana en colonias como El Manto, donde Megan recibió un disparo y perdió el ojo

CIUDAD DE MÉXICO.

En la calle Mafafa, una de las más largas de la colonia El Manto, llueven balas. Lo mismo sucede en otras colonias de Iztapalapa, pero en esta se cumplieron ayer diez días de que Megan, de seis años, fue impactada por uno de estos proyectiles perdidos que le cegó el ojo izquierdo.

En torno al campamento Frente Popular Francisco Villa, en Mafafa y Cantueso, donde vivía la menor con sus padres bajo un techo de lámina, los vecinos saben que las balas perdidas son algo cotidiano.

A 500 metros, en Camelia y Actinia, María de los Ángeles lamenta que por las noches habitantes de la colonia y taxistas consumen bebidas embriagantes y luego realizan detonaciones al aire.

Aquí, afuera, en la banqueta, como es la calle principal, hemos recogido casquillos; inclusive tengo uno, si les sirve.

“A mí me parece que es una inconsciencia porque sabemos de la niña que perdió su ojo. Tomados se les hace fácil disparar. Aquí enfrente venden cerveza todos los fines de semana y a los taxistas se les pasa y sacan su arma”, relata María de los Ángeles.

Efectivamente, sobre la mano de esta mujer de la tercera edad hay un cartucho percutido que hace unos días levantó su hija de la calle.

No es la primera vez, ya ha recogido más y se los ha mostrado a los vecinos para que tomen conciencia y eviten hacer disparos, pues hay niños en la calle que juegan o transeúntes que suben y bajan por estas calles empinadas.

Casi frente al campamento donde habitaba Megan –sus padres decidieran que por el momento vivirán con una de las abuelas–, Cecilia Viegoni abre su bonetería y dice que incluso los adolescentes portan armas.

“Yo no entiendo por qué se oye tanta detonación los fines de semana en fiestas. Cómo es posible que puedan tener armas los jóvenes; los que se ven aquí son gente joven, chamacos desde 12, 17 años, que andan armados.

Aquí tiro por viaje nos asaltan, andan en motos y en cuestión de segundos nos quitan todo lo que traemos”, detalla la comerciante de la calle Mafafa.

INTENSIFICAN BRIGADAS

Ante la lluvia de plomo que vive la colonia El Manto, la Secretaría de Gobierno intensificó su campaña de desarme voluntario.

Medio centenar de brigadistas de la dirección de Gobierno y del DIF fueron desplegados para repartir volantes que invitan a la población a entregar sus armas.

En Iztapalapa, a través de programa Sí al Desarme, Sí a la Paz, el gobierno capitalino instaló un módulo permanente de canje entre el pasado 8 de julio y el 19 de julio en el atrio de la Parroquia de San Judas Tadeo Apóstol, ubicada en Congreso de Chilpancingo Sur S/N, colonia Ermita Zaragoza.

“La entrega de balas, estopines, granadas, etcétera, que se han destruido, significan la preservación de vidas humanas”, señaló Adriana Contreras Vera, directora general de Gobierno.

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