La empresa brasileña realizó más sobornos y negocios en México que en el resto del mundo
Javier Pulido Biosca
Revista Raíces
Un boletín del Congreso de la Unión destaca que los integrantes de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción aprobaron enriquecer la redacción del Punto de Acuerdo presentado por la diputada Rocío Nahle García.
La Coordinadora de la bancada de Morena resaltó que la empresa brasileña realizó más sobornos y negocios en México que en el resto del mundo.
Pese a que diputados del PRI intentaron que en la Comisión de Transparencia y Anticorrupción de la Cámara de Diputados no se dictaminara una propuesta del Grupo Parlamentario de Morena sobre la empresa Odebrecht, ello no prosperó y los integrantes de esa instancia acordaron enriquecer el Punto de Acuerdo presentado por la diputada Rocío Nahle García.
El Punto de Acuerdo de la Coordinadora de la bancada de Morena tiene como finalidad que el Gobierno Federal cancele las concesiones, contratos y proyectos de prestación de servicios y asociaciones público-privadas (APP) otorgados al consorcio brasileño Odebrecht, así como a sus filiales y subsidiarias, ante las denuncias por actos de corrupción presentadas en su contra y en los que están involucrados servidores públicos.
Durante la Reunión Ordinaria de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción se incluyó en la Orden del Día el análisis y, en su caso, dictaminación de la citada propuesta, pero los legisladores priistas pidieron que se eliminara.
Sin embargo, tras las observaciones hechas por la diputada Rocío Nahle y varios integrantes de esa Comisión, se aprobó declarar la reunión en sesión permanente para que se realicen los cambios necesarios en la redacción del Punto de Acuerdo, sin afectar su objetivo principal, y presentarlos posteriormente. Entre éstos, que además de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) investigue los contratos, también se incluya a las auditorías locales.
Braskem Idesa está involucrada
En su oportunidad, la legisladora de Morena explicó que la empresa Odebrecht llegó a nuestro país en 2006 y logró diversos contratos a través de sobornos a funcionarios públicos, como lo hizo en otros países de Latinoamérica, hechos que después se dieron a conocer a la opinión pública.
“Cuando llega este brasileño aquí a México, lo hace sobornando a todo mundo. Inicia con que va a hacer un complejo, después de la obra de Michoacán y otra obra que hizo cerca de Veracruz. Se va a las grandes ligas, porque ve la oportunidad. Firma un contrato. Este es un caso tremendo”, puntualizó la diputada Nahle.
La diputada por Veracruz destacó que Petróleos Mexicanos (PEMEX) lanzó una subasta de gas etano en la total opacidad que ganó Odebrecht, cuando el único “cliente cautivo” de la propia empresa productiva del Estado era PEMEX Petroquímica, a cargo de los complejos La Cangrejera, Pajaritos y Morelos.
“Con el contrato que PEMEX le dio, en una forma opaca, el brasileño (Marcelo Odebrecht) solicita los financiamientos con el aval de PEMEX, se va a Nueva York y consigue dinero. Pero también aquí, el Gobierno –a través de BANCOMEXT, BANOBRAS y BANEJÉRCITO– le da dinero para que haga un complejo petroquímico y le haga la competencia a PEMEX”.
Al respecto, subrayó que hoy todo el mundo sabe que el dueño de Odebrecht dio sobornos de millones de dólares a funcionarios de alto nivel de PEMEX, lo que también le permitió tener acceso a la Refinería de Minatitlán y se llevó 289 millones de dólares, además de que subcontrató a empresas locales a las que no les pagó.
En ese tenor, Nahle García también expuso los casos de Odebrecht en las refinerías de Tula y Salamanca y del gasoducto Los Ramones, de cuyos contratos recibió mil 55 millones, 85 millones y mil 200 millones de dólares, respectivamente.
“El brasileño aquí en México fue donde más sobornos y más negocios hizo de todo el mundo. Hoy vemos que ya Panamá, Perú, Colombia, Ecuador e incluso Brasil lo tienen vetado y han cancelado sus contratos y concesiones. Nosotros por lo mismo deberíamos de estar actuando en consecuencia”, insistió.
Cabe señalar que el perjuicio para la petroquímica nacional, para los trabajadores y para las empresas que producen plástico es notorio, aunque se ha buscado vestir estos perjucios de mejores oportunidades empresariales.
