Tras haber perdido la vida en el Río Bravo y que estuvieran buscando el cuerpo desaparecido de Liliana por varios días, las autoridades dieron por terminada la búsqueda.
Sin embargo la decisión no fue aceptada por su padre, por lo que, decidió conseguir una lancha y a pesar de exponer su propia vida no se dio por vencido y no aceptaba que jamás volvería a ver a su hija.
Sabía que no sería fácil pero la convicción de encontrar a su hija pudo más, por lo que primero encontró su mochila, lo que dio un gran aliento y esperanza de encontrarla, más adelante y a pesar de que los autoridades de auxilio descartaron cualquier posibilidad de localizarla.
Finalmente la encontró, lamentablemente sin vida, y con el dolor en el alma la amarró y la arrastró hasta llegar a la orilla pidiendo con llanto y reclamos a las autoridades, y también a la vida, pues Liliana era una jovencita que tenía un gran futuro.
Después de tres horas los agentes del servicio Médico Forense la sacaron del río pues tenían que documentar todo.
Pero lo más triste y a la vez bello es lo que su padre dijo a su hija, “Descansa hija, descansa mi amor, tú papito te encontró”.
Q.E.P.D. Liliana 
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