Pero aún así, el vehículo no desistió en seguir al convoy, incluso hasta el mismo puesto de control de ingreso a la Casa Blanca. Esto se tradujo en un cierre total de la sede de gobierno durante una hora por razones de seguridad.
El auto fue interceptado por el Servicio Secreto, que detuvo a su conductor Mathew Evan Goldstein, de 55 años, un empleado del Servicio de Ingresos Públicos Internos. Fue arrestado acusado de “entrada ilegal”.
El vehículo de Goldstein fue prácticamente desmantelado en busca en explosivos o de algún elemento sospechoso. Al no encontrarse nada, se levantó el alerta.
El auto de Goldstein atravesó las barreras de la Avenida Pennsylvania y recorrió unos 50 metros aunque nunca entró al perímetro de la Casa Blanca.