Saltamontes, gusanos, escarabajos y escorpiones. un establecimiento del barrio de Montmatre en París, ha decidido innovar en su carta introduciendo insectos… y les ha salido bien.
«La clientela se ha duplicado en una semana» explica Elie Daviron, la chef de «El almuerzo desnudo», en el distrito XVIII de París. El bar ofrece desde el sábado cinco nuevas «tapas».
«El éxito ha sido tal que nos hemos quedado sin escorpiones», se lamenta la cocinera. El plato estrella son los gusanos de seda servido con guisantes, wasabi , jengibre encurtido y pepino. Igual de impresionante que los escorpiones gigantes de agua, aderezados con ajo negro fermentado y pimientos confitados de Corea: «Este es el plato que sorprende a los más radicales por «su sabor sutil».
Elie Daviron, de 26 años, ha realizado estudios de cocina y además es titulada de ciencias políticas. «Los insectos me empezaron a interesar hace 4 o 5 años. Soy una persona curiosa, me intereso por todo», explica esta chef francesa.
La historia recuerda a aquel controvertido informe de la FAO que animaba al consumo de insectos a la población de los países pobres. Y fue justo este informe lo que animó a Daviron a servirlos en su restaurante. «En Tailandia es un producto como cualquier otro. Así que encargué quince especies distintas y luego hice una selección de las mejores para combinarla con los mejores productos», aclara la cocinera.
Las reacciones de la clientela son variadas. «Los hay que se entusiasman con el menú, otros se decepcionan porque esperaban algo demasiado distinto, también están los curiosos que vienen por probar y los que vuelven una y otra vez a por más», celebra esta chef francesa entusiasmada con su éxito.
