El Estado quiere ser el primero en el mundo en asumir el control de la producción, distribución y venta de cannabis, dando permisos a cultivadores privados para obtener la mariguana en tierras de no más de una hectárea.
Montevideo • Para producir cannabis el Estado uruguayo planea entregar licencias a privados, que producirían en predios de no más de una hectárea, bajo control estatal, aunque todavía quedan dudas sobre cómo implementará la venta en farmacias, donde hay resistencias.
“El establecimiento de las patentes y la plantación nos va a llevar varios meses, es un tema muy complejo, tenemos que hacerlo con mucha cautela”, admitió Julio Calzada, secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND).
“De cualquier manera tengo la expectativa de que a fin de año podamos tener una estructura organizativa para el funcionamiento”, confió.
Un proyecto que convertiría al Estado uruguayo en el primero en el mundo en asumir el control de todo el proceso de producción y venta de mariguana fue aprobado el miércoles en la Cámara de Diputados. Se estima que el mercado ilegal local mueve entre 30 a 40 millones de dólares al año.
El objetivo es “regular un mercado que ya existe”, enfatizó Calzada.
Si el proyecto que impulsa el presidente izquierdista José Mujica, de 78 años, —y quien asegura nunca haber fumado mota— es aprobado este mes en el Senado; previo a su reglamentación, Calzada estima que se podría comenzar con el proceso de plantación a finales de noviembre, por lo que se cosecharía en abril o mayo del año próximo.
El plan es que la producción se desarrolle en predios de entre media y una hectárea y en invernáculos cerrados, “por seguridad de las plantas y como seguridad para controlar la producción”, explicó.
Añade que al ser ilegal el cannabis que se consume −procedente sobre todo de Paraguay− “viene en condiciones muy deterioradas, la gente está consumiendo hoy un producto que en parte es mariguana pero tiene agregados. Y un producto que no está tratado bromatológicamente”.
Según los cálculos de la JND, bastarían unas 20 hectáreas para abastecer la demanda del país.
El experto confió que ya existe un interés de productores locales pero también “hay mucho interés de cultivadores fuera de la región, europeos y norteamericanos, para plantar”, quienes deberán ser residentes en el país para cultivar.
Pero a la hora de la venta al público, el gobierno puede encontrar resistencias.
“No estamos de acuerdo con la venta de una droga de abuso en una farmacia, que es considerada un centro de salud”, dijo Virginia Olmos, presidenta de la Asociación de Química y Farmacia de Uruguay.
Si bien la idea de vender la sustancia en farmacias provino de los propietarios de estos establecimientos, los químicos farmacéuticos y directores técnicos de las farmacias se oponen. La asociación aceptaría vender la droga “si se establecen sus propiedades farmacológicas y se dispensa como un medicamento, bajo prescripción médica”, dijo Olmos. Si no es así los químicos podrían hacer valer la objeción de conciencia ante la medida.
Si bien el autocultivo está penado en el país, la Asociación de Estudios del Cannabis estima que hay unos 10 mil autocultivadores, cifra que se duplica cada año.
Según datos de la Junta Nacional de Drogas, 20 por ciento de los uruguayos con edades entre los 15 y los 65 años han consumido mariguana alguna vez y 8.3 por ciento fumó el cannabis en el último año.