Lázaro Cruz García
60Minutos.Info
La tarde estaba somnolienta después de la salida del astro sol, la gente salía de sus casas a hacer sus compras, las mamás llevaban a sus crías a sus actividades vespertinas, la mayoría de las personas se encontraban en sus casas haciendo sus labores cotidianas: viendo las telenovelas, haciendo alguna tarea, platicando los últimos acontecimientos políticos.
En esta redacción estábamos revisando las notas del día cuando de repente la tierra se empezó a mover, el grito fue al instante “está temblando”, la estructura crujía y la puerta se movía de un lado a otro.
Las redes sociales empezaron a difundir la noticia, lo obvio se hizo viral, todo mundo ponía en su perfil lo que acababa de suceder, algunos trivializando el temblor, otros más pidiendo clemencia al creador; unos y otros intercambiaban opiniones a favor o en contra de la mano de Dios en el movimiento telúrico.
Mientras tanto a mí se me hacía eterno el tiempo, ya veía la tragedia venir, por suerte, la información que fluyó de inmediato daba cuenta de que fue un temblor de 7.2 grados y que todo estaba bien, una que otra barda caída pero, en general, nada que lamentar.
No hubo más remedio que morder un bolillo para pasar el susto.
Y a usted, ¿dónde le agarró el temblor?