La explosión dejó inutilizada la infraestructura que servía de control de inmigrantes de esos países
Al menos 30 personas han muerto luego de volar un puente fronterizo entre Nigeria y Camerún por parte del grupo radical islámico nigeriano Boko Haram, informaron hoy varios medios locales.
La destrucción del puente supone el cierre de la frontera con Camerún en la localidad nigeriana de Gamboru, donde el pasado lunes 300 personas murieron en un ataque de Boko Haram.
El puente, que servía de control del paso de inmigrantes entre ambos países, se encuentra precisamente en el estado norteño de Borno, donde la secta secuestró el pasado 14 de abril a más de 200 niñas, según el diario digital ‘The Trent’.
La explosión dejó inutilizada la infraestructura, de modo que algunos de los residentes que huyeron del ataque han tenido que refugiarse en Camerún, sin posibilidad de volver a Nigeria. La única opción que tienen los vecinos de Gamboru es ir a la localidad camerunesa de Banki e intentar entrar a Nigeria desde allí, indicaron fuentes locales al diario “NewswireNGR”.
Las mismas fuentes dijeron al periódico nigeriano que 315 cadáveres fueron enterrados tras el ataque del lunes a Gamboru. Boko Haram, que significa en lenguas locales “la educación no islámica es pecado”, lucha por imponer la “sharía” o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Equipo británico llega a Nigeria
Los expertos británicos llegaron el viernes a Nigeria para asesorar al Gobierno sobre cómo hallar y rescatar a 200 jóvenes estudiantes secuestradas por insurgentes islamistas el mes pasado en un ataque que, junto a la lenta respuesta de las autoridades, ha provocado la ira internacional.
La sangrienta lucha de los rebeldes del grupo Boko Haram por un Estado islámico ha acabado con la vida de miles de personas desde mediados del 2009 y ha desestabilizado vastos territorios del noreste del principal productor de petróleo de Africa, así como de los vecinos Camerún y Nigeria.
El 14 de abril, militantes entraron a una escuela secundaria en la aldea de Chibok, cerca de la frontera con Camerún, y secuestraron a las niñas, que realizaban un examen en ese momento. Desde entonces, cincuenta de ellas han escapado a sus captores, pero más de 200 permanecen capturadas por los insurgentes.