Por El Bicho Politikón
Diferentes estilos, con el énfasis puesto en el cambio… unos le llaman transformación, otros refundación pero el sello de los nuevos gobiernos estatales es el rompimiento con el pasado.
Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, denunció que le dejaron un gobierno en crisis, Cuitláhuac, de Veracruz, declara crisis humanitaria, Claudia Sheinbaum, de la CDMX, se apegó al discurso de Andrés Manuel sobre la 4T.
En Jalisco, Enrique Alfaro, se enredó en un galimatías verbal y trataba de evitar la palabra transformación y decía que la ‘refundación’ y luego que la transformación… total, es lo mismo pero más barato.
De los gobernadores panistas que ya tomaron posesión en Guanajuato es la continuidad poniendo atención a la seguridad ya que todos los días hay matazones en ese estado; en Yucatán, el gobernador entrante convocó a sus gobernados a que “juntos transformemos Yucatán”.
En Chiapas el cambio se va a dar mañana, en Puebla, si es que no se anula la elección es el 14 y en Tabasco es hasta el primer minuto del 2019.
Como es un ‘modus operandi’ de la política mexicana, en cada cambio, los entrantes quieren inventar el agua tibia y todo lo que huela a sus antecesores es defenestrado, si usted quiere sutilmente, como en el caso de Guanajuato, pero quieren imponer su sello particular.
Y en esa refundación sexenal se les van los primeros dos años de gobierno, así que es hasta el tercer año, donde apenas le agarraron el gusto al gobierno pero éste ya va declinando y se enfrentan a la crítica mordaz con un dejo de amargura… eso es lo que se ve cíclicamente en la res publica mexicana y en esta época de la 4T no es la excepción.
Pues eso.
