Depresión y ansiedad en el embarazo afecta desarrollo de los bebés, alerta la UNAM

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Ciudad De México.

La depresión y la ansiedad pueden provocar complicaciones graves en el embarazo y afectar el desarrollo neurocognitivo de los bebés, alertaron expertos mexicanos.

Científicos de la Unidad de Investigación en Reproducción Humana de la Facultad de Química de la UNAM, el Departamento de Neurociencias del Instituto Nacional de Perinatología y el Instituto Nacional de Psiquiatría (INPer), descubrieron que estos padecimientos modifican la cantidad de proteínas y sustancias que se encuentran en el cuerpo de las gestantes.

Cambios en las citocinas (proteínas que participan en la respuesta inmunológica), incremento de quimiocinas (moléculas que median el funcionamiento del sistema inmunológico), así como de la hormona cortisol relacionada con la respuesta al estrés y niveles disminuidos de dehidroepiandrosterona que tiene efectos benéficos contrarios al cortisol, son algunos de los efectos que encontraron, explicó Ignacio Camacho Arroyo, integrante de la Unidad a la UNAM.

“Hemos visto que se incrementan las citocinas llamadas proinflamatorias. Una mayor inflamación puede producir una respuesta inmunológica inadecuada que, incluso, puede generar un parto pretérmino”, alertó.

Además, agregó que en un parto prematuro se presenta restricción de crecimiento uterino, bajo peso al nacer e inmadurez de varios órganos, lo cual puede tener consecuencias en el estado de salud general del bebé y en su neurodesarrollo.

Por otra parte, la presencia excesiva de cortisol puede producir cambios en la conducta del niño y hay estudios que sugieren una asociación entre el uso de antidepresivos con el autismo, mientras que la ansiedad podría tener relación con trastornos como el de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), detalló.

Los datos, que fueron publicados en las revistas BMC Psychiatry y JSM Anxiety and Depression, fueron obtenidos luego de estudiar la depresión en alrededor de 300 mujeres y la ansiedad en cerca de 200 que eran pacientes del INPer y de otras instituciones como el Hospital General de México.

El experto destacó que la depresión y la ansiedad son más comunes en mujeres que en hombres, en una proporción que puede ser de dos a uno. Y en el embarazo su presencia aumenta aún más debido a los cambios hormonales y un estrés mayor, sobre todo si la madre es soltera, se trata de un embarazo no deseado, si hay disfunción familiar, problemas económicos, etcétera.

Camacho Arroyo estimó que en el primer trimestre de embarazo el 7 u 8% de las mujeres sufre depresión, hacia el final del periodo de gestación la cifra se eleva a 12% y en el posparto a 13%. En el caso de la ansiedad, del 15 a 17% la sufren al inicio del embarazo, y hasta 20 o 25% al final; es decir, una de cada cuatro mujeres.

Además, agregó que con un estado de ánimo que no es el óptimo, disminuye el autocuidado y la alimentación, se puede presentar preeclampsia y, en el caso del bebé, problemas de neurodesarrollo en áreas como la cognitiva, de lenguaje y motora. Además de que se ha visto que los hijos de madres que tuvieron ansiedad en el periodo de gestación tienen también problemas conductuales en la infancia o la adolescencia, dijo.

El universitario enfatizó que las mujeres embarazadas deben acudir con un ginecólogo y un psicólogo o psiquiatra cuando presenten cambios de ánimo notables o tengan algunos síntomas de depresión o ansiedad para ser atendida y que deben evitar tomar remedios sugeridos por familiares o conocidos, ya que ciertos ansiolíticos o antidepresivos pueden tener efectos en el neurodesarrollo de los bebés.

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