Coatzacoalcos, Ver.-
Sayda Chiñas Córdova
La falta de promoción de alcaldes y diputados federales ante la Secretaría de Turismo (Sectur) provocó la cancelación del proyecto de rehabilitación del barco de guerra Aldebarán para convertirlo en museo naval; la Secretaría de Marina (Semar) comenzó a desguazarlo, luego de ocho años de permanecer en el astillero.
La embarcación de guerra Aldebarán inicio su último viaje hacia el área donde será desguazado para recuperar algunas de las partes que fueron cambiadas. Esta nave fue entregada al ayuntamiento de Coatzacoalcos en el año 2008, en la administración de Marcelo Montiel para convertirlo en un museo y restaurante, un proyecto muy similar al Cañonero C-07, ubicado en Boca del Río.
El ayuntamiento hizo el compromiso de habilitarlo como un museo flotante, en el cual se representaría una parte de la historia de la marina y del propio puerto de Coatzacoalcos.
El barco Aldebarán es un buque dragamina, que data de la Segunda Guerra Mundial y tiene una eslora total (largo) de 36.70 metros y una manga trazada (ancho) de 9.80 metros. Inició servicio de la naval de Estados Unidos, el 3 de agosto de 1943 y causó baja el primero de mayo de 1962. El navío fue reasignado por la Armada de México el 27 de mayo de 1970 como buque oceanográfico, el cual posteriormente se convirtió en Escuela Aldebarán (BE-02) para el personal de la Secretaría de Marina.
El 21 de julio del 2008, el entonces alcalde Marcelo Montiel Montiel manifestó que se invirtieron 2 millones de pesos, de los cuales el ayuntamiento aportó 750 mil pesos en recursos materiales y el trabajo fue donado por la Semar.
En un segunda etapa del proyecto, se buscarían recursos de Sectur y de recuperación de espacios, ya que se planeaba establecer en el malecón de Río, un área ocupada como zona franca.
Para este gran plan, se empezaron a hacer gestiones con Petróleos Mexicanos (Pemex) para que donará un muelle que tiene en la zona, el cual actualmente se encuentra destruido. También se firmó un acuerdo con la Universidad Veracruzana (UV), para que lo administrará.
En el mandato de Marcos Theurel, el propósito se ratificó y la embarcación recibió recursos municipales para mantenerla, en los astilleros de marina, pero no se dio ningún resultado en las gestiones para conseguir recursos. En el mismo tenor, estuvo Joaquín Caballero Rosiñol, quien al no poder realizar la obra, autorizó el desguace de la embarcación, la cual ya presentaba signos de corrosión.